El autor explica que «esta obra surge después de haber escrito y publicado los cinco volúmenes de Mallorca interior. 15 rutes pel cor illenc, que totalizan 75 rutas. Mi intención es publicar más volúmenes de rutas litorales. En este primer libro, describo itinerarios de los municipios de Calvià, Andratx, Estellencs, Banyalbufar, Deià, Escorca, Pollença, Alcúdia, Santa Margalida, Artà, Capdepera, Sant Llorenç, Manacor, ses Salines y Llucmajor».
Vibot señala que «son rutas fáciles para recorrer incluso en familia, con un máximo de cuatro horas de duración. Los itinerarios han sido elegidos en función de tener detrás un relato histórico, literario o legendario. En este sentido, se trata de paisajes vivos de un mar que era fuente de recursos y del que vivía mucha gente. Era un espacio donde encontramos escars, una tradición pesquera y de navegación, la práctica del contrabando o construcciones de vigilancia ante la amenaza de invasiones y actos de piratería. Actualmente, el mar es un parque de atracciones, un espacio de ocio, con calas colapsadas, el ruido de motos náuticas y todo tipo de excesos. Con todas estas actividades, resulta que vivimos de espaldas al mar y éste se ha banalizado. Por ello, con el libro reivindico un mar más saludable, con historia y cultura».
El investigador indica que «Mallorca siempre ha tenido una relación histórica de profundo respeto por el mar, que ofrecía oportunidades, pero también era por donde llegaban piratas e invasores».
A través del libro se conocen multitud de historias referidas a personajes singulares, la construcción del Camí dels Presos en Cala Sant Vicenç por los presos republicanos, las leyendas de tesoros escondidos, la ingeniería militar o las incursiones de los piratas. Vibot comenta que «el mar podía suponer amenazas y peligros, pero también la salvación. Por ello se denominaba blat de mar al trigo que llegaba de fuera en épocas de escasez».
Tomàs Vibot apunta que «el Arxiduc admiraba a los patrons de llaüt por su gran pericia en la navegación y le sorprendía que fueran capaces de transportar pescado a Barcelona en sus pequeñas embarcaciones. Eran grandes navegantes anónimos, más allá de los conocidos Jaume Ferrer o el Capità Barceló».
Finalmente, el autor destaca que «he querido salir de las rutas clásicas de Tramuntana y Llevant para restablecer la relación con el mar, y resaltar que nuestro litoral es muy variado en pocos kilómetros, reuniendo todos los posibles paisajes costeros del Mediterráneo, desde arenales idílicos hasta impresionantes acantilados».
El apunte
‘Mateíto’ de Banyalbufar y Al Capone
3 comentarios
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Molt bé! Els mallorquins hem de coneixer el nostre territori i saber les peculiaritats que amaga. Es fantàstic i engrescador també pels infants.
Seamos positivos, en la medida de lo posible. Nos queda toda la temporada baja para poner en práctica esta propuesta para excursiones en el litoral o "marina". Es también el mejor tiempo, por el clima. Guardo un muy buen recuerdo de una excursión animado por el Sr. Vibot en el Puig Santa Magdalena.
Bravo Tomàs!