Imagen del chinche detectado por la empresa Vectobal.

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«Hablan mucho de la plaga en París pero aquí, desde el verano, es igual o peor». Así lo advierten desde Artisan Control de Plagas aunque la percepción no es la misma para todas las empresas de desinfección. En este negocio ven como «nos piden tres o cuatro presupuestos al día» para domicilios particulares. Anticiimex, otra marca del sector a nivel estatal, señala a Baleares como una de las cinco comunidades en la que las chinches empiezan a ser un problema. Advierten de que la plaga que afecta París ha llegado a España y le ponen una causa al incremento: el turismo.

La bióloga Claudia Comparini, de la empresa Vectobal, no lo ve tan claro, «los chinches de cama son una especie ampliamente esparcida en todo el mundo, no es que haya un foco en París que se haya extendido», explica. «Es verdad que allí se ha complicado porque han llegado a hospitales, al metro y al bus y hay que abordar demasiados focos». Sin embargo, advierte de que los problemas con este insecto son una realidad diaria en las Islas, sobre todo en los domicilios privados, en las casas de alquiler vacacional y en los hoteles.

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En este sentido, sí está de acuerdo con que el problema se extiende con el turismo o con la movilidad en general, y si bien hubo un descenso de chinches durante la pandemia, ahora han vuelto a incrementarse.

«Todos los hoteles son susceptibles de ser una entrada de chinches, hemos llegado a tratar suites, así como albergues de viajeros», explica Comparini. Cuenta la especialista que se les conoce como chinches de cama «porque se sitúan cerca de allí de día y salen por la noche a alimentarse, cuando estamos desprotegidos. Están 5 o 8 minutos, nos pican, y se vuelven a esconder». Pese a todo, el 65 % de la población no reacciona a una picada, añade. «Mientras que hay gente que se levanta con todo rojo, otra no se entera porque no le ha hecho alergia».