La queja de la defensa contra la condena se centraba en el uso de un testigo protegido como principal prueba de cargo contra el patrón. El uso de testimonios de los pasajeros de las pateras se ha convertido en la principal herramienta policial y de la Fiscalía para actuar contra los patrones. De forma sistemática, en los juicios se pone en cuestión su veracidad porque la normativa permite que los migrantes que denuncian un delito contra los ciudadanos extranjeros de este tipo no sean expulsados y legalicen su presencia en España.
El Supremo considera que no hay problema alguno en valorar el testimonio de personas que se benefician por opciones previstas por la ley: «Resultaría contradictorio que quienes se acojan a unos determinados beneficios por una situación, vieran desestimada su alegación precisamente por pretender acogerse al beneficio. La fiabilidad del testimonio no se puede hacer depender de ese aspecto. Es irrelevante si se ha acogido o no a los beneficios legales».
Tanto la Audiencia como el TSJIB dieron plena credibilidad a ese testigo protegido, que viajaba en la patera que fue interceptada a cuatro millas de Cabrera en junio de 2022. El testigo, además de su versión, aportó una serie de fotografías realizadas a lo largo de la travesía desde Corso hasta Cabrera. En todas ellas se apreciaba que el acusado estaba junto al motor de la patera. Además, los tribunales de las Islas valoraron que la precariedad de la embarcación y la falta de medidas de seguridad suponían un grave riesgo para los pasajeros, que hicieron buena parte del viaje de noche tras haber pagado alrededor de 300.000 dinares (2.000 euros).
La pena impuesta a este patrón es de las mayores que ha fijado la Audiencia Provincial contra patrones de embarcaciones. La mayor parte de los casos terminan en conformidades con penas en torno a los dos años.
Punto de vista
Más de veinte detenidos en lo que va de año
3 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Sale mas barato expulsar a 1 que a 300...
Esto es una gran estafa y un enorme negocio para unos pocos, a costa del sufrimiento de muchos. Para llegar a Canarias los subsaharianos deben recorrer una distancia con corrientes en contra, casi como de Mallorca a Grecia. Y en el mediterráneo desde Argel y hasta La Colonia son casi 300 kilómetros en una ruta donde la corriente tampoco acompaña. Son barcos mas grandes que les da apoyo y cuentan con el beneplácito de ONGs y Gobiernos incompetentes o corruptos. La solución pasa por penar a estos patrones fuertemente y confiscar todos los barcos cazados incluidas aguas internacionales. Por otro lado no esta de mas ayudar a estas personas en sus propios países, dando permisos de inmigración pero de forma muy controlada.
Vaya cachondeo ya... Todos fuera sin excepción!!!!