Imagen de la iglesia de Santa Eulàlia. | Jaume Morey

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Cinco euros por visitar la iglesia de Santa Eulàlia y unos 1.000 euros al mes por vivir en ella. Esta es la cantidad que se paga por residir en una vivienda ubicada en un lugar de excepción, la parroquia de Santa Eulàlia, la más antigua de Mallorca y catalogada como bien de interés cultural (BIC). En plena crisis habitacional en Mallorca, la parroquia ha decidido aprovechar sus espacios menos sacros y utilizarlos para sacar rédito económico. La operación se ha llevado a cabo en el último año con absoluta discreción y a través de una agencia inmobiliaria de alto standing, que no tardó en encontrar interesados.

La vivienda alquilada en Santa Eulàlia es la rectoría en la que en el pasado residían los párrocos, ya que ahora el rector vive en un piso de la calle Colón que pertenece a la Iglesia. A esta vivienda se accede por una puerta situada junto al acceso principal y tiene su propio timbre, por lo que los inquilinos no tienen que entrar a la iglesia para llegar a su vivienda. Estas dependencias «estaban en desuso y se utilizaban como trastero», aducen desde el Bisbat de Mallorca.

Según fuente consultadas, hace aproximadamente un año, el mismo rector de esta parroquia, Antonio Dols Salas, decidió aprovechar esta vivienda inutilizada y dedicarla al alquiler. A pesar de que se intentó llevar a cabo con absoluto secretismo, la aparición de nuevos inquilinos en la plaza era vox populi en el barrio, ya que en una de las ventanas de la casa cuelga una maceta con plantas y diversos objetos decorativos, y los residentes hacen vida como el resto de vecinos de la concurrida plaza.

Última Hora se ha puesto en contacto con el párroco de Santa Eulàlia que ha desmentido categóricamente tal afirmación, ha asegurado desconocer que haya inquilinos en su propia iglesia y que si los hubiera, la decisión final era del Bisbat de Mallorca. Este diario ha consultado también con el Bisbat que ha confirmado que la antigua rectoría lleva meses alquilada, al tiempo que ha matizado que «este espacio no forma parte de la iglesia» y las parroquias «son entidades independientes de la institución y toman sus propias decisiones».

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La decisión de arrendar esta vivienda también habría llegado hace un tiempo a los rectores de otras iglesias de Ciutat, que no han visto con buenos ojos la supuesta decisión de Dols, al ser Santa Eulàlia un edificio catalogado como bien de interés cultural y una de las iglesias más visitadas de Mallorca. Puede sonar sorprendente este uso, pero fuentes del Bisbat de Mallorca apuntan a que es una práctica habitual en la península, así como en la Part Forana, donde muchas parroquias optan por arrendar las antiguas rectorías a personas ajenas a la iglesia para sufragar los gastos de los templos.

Lo que es poco habitual es que se alquile una vivienda situada en un edificio protegido y catalogado. Para llevar a cabo cualquier transformación de este espacio, tendría que haber pasado por toda una serie de requisitos y trámites que hubieran hecho imposible llevar a cabo la operación en poco tiempo. Al ser un inmueble catalogado, cualquier reforma tendría que pasar por la Ponencia Técnica de Patrimonio Histórico del Consell Insular de Mallorca, posteriormente a la Comisión Política y también por la Comisión de Centro Histórico del Ajuntament de Palma; según los expertos consultados, ningún expediente de la parroquia ha llegado desde antes de la pandemia, y éste solo tenía que ver con arreglos de la cubierta del templo provocados por un temporal.

Aunque algunos residentes de la zona tienen constancia de que se ha llevado a cabo una reforma a conciencia, el Bisbat de Mallorca los contradice y hace hincapié en que solo se ha vaciado la antigua rectoría de muebles inservibles y se ha acondicionado para los nuevos inquilinos, con una mano de pintura y electrodomésticos nuevos. Por lo tanto no se habría cometido ninguna ilegalidad y el párroco estaría en su derecho de utilizar esta vivienda en beneficio de las arcas de la parroquia.