Imagen del hospital de Son Espases. | R.S.

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La diabetes no representa únicamente un coste muy importante en términos de salud, sino también a nivel económico. En el caso concreto de Baleares supone un gasto de más de 300 millones al año, según el informe sobre el Impacto Económico de la Diabetes Tipo 2 en España. En el citado documento, facilitado por la Federación Española de Diabetes (FEDE), se precisa que el Archipiélago balear tiene 108.835 diabéticos, de los que tan solo 72.557 cuentan con un diagnóstico de la patología, según estimaciones de la citada entidad.

A nivel nacional, la diabetes implican un gasto sanitario total de 5.809 millones de euros anuales, de los que 2.143 millones se deben a las complicaciones derivadas de la enfermedad. Desde FEDE aseguran que «esta cantidad podría reducirse si a los pacientes se les proporcionara, por parte de la Administración Pública, una correcta educación diabetológica. Y precisamente, este es el eje de la campaña'No des la espalda a la diabetes', que busca impulsar y promover la educación en diabetes».

En este sentido, Catalina Taberner Salvá, presidenta de la Asociación de Personas con Diabetes de Islas Baleares (ADIBA), declara que «es importante que las personas con diabetes puedan ser formadas correctamente desde el momento del debut, lo que ayudaría a mejorar la calidad de vida del colectivo y de sus familiares; además de contribuir a reducir el coste sanitario nacional por la diabetes y a la sostenibilidad de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS)».

De este modo, con la campaña 'No des la espalda a la diabetes', FEDE busca concienciar sobre la importancia de la formación diabetológica. «Con una mayor formación, los pacientes tendrán más autonomía para adherirse correctamente a su tratamiento y entender los síntomas de su patología, evitando así complicaciones de salud y reduciendo, en consecuencia, los costes sanitarios derivados», señalan desde la mencionada Federación. Por su parte, Juan Francisco Perán, presidente de FEDE, recalca la necesidad de «mejorar la calidad de vida de las personas con esta patología y de sus familiares, y reducir el coste sanitario por diabetes. Es clave también la participación real de los pacientes en la toma de decisiones».