Imagen de archivo de las Urgencias del Hospital Son Espases que han vuelto a estar tensionadas. | R.L.

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La caída drástica de las temperaturas esta semana ya ha tenido sus efectos en las Urgencias hospitalarias, que tanto el jueves como el viernes, alcanzaron sus primeros picos de la temporada. Son Espases llegó a ver a 50 pacientes en los pasillos pendientes de ingreso el jueves y el viernes eran otros 46, aunque por la tarde 20 de ellos tuvieron habitación asignada. En el caso de Son Llàtzer hace tres días alcanzaron también las 40 personas en espera y este viernes eran 30 más. En este caso, y a diferencia del primero, existe la planta 1D con varias camas inutilizadas que se abre en situación de emergencia pero que necesita de cierta planificación, pues hace falta contratar o desviar personal que pueda atenderla.

«El problema es que cuando empezamos el día con 30 personas la cosa sólo va empeorando», explica la delegada del Sindicato de Enfermería en el hospital de referencia, Erlina Vijande. A medida que se dan altas en las plantas de ingreso, normalmente en horario de tarde, se van asignado a los nuevos pacientes pero «la gente no puede estar esperando días en una camilla», lamenta esta enfermera.

La saturación llega por el pico de frío y las consecuentes patologías relacionadas, la mayoría de ellas de origen respiratorio pero, al menos Son Espases, también se ha vinculado a un incremento de las operaciones urgentes. Este tipo de intervenciones requieren posteriormente de un ingreso que ha ayudado a ocupar más camas de lo normal.

Pese a la excepcionalidad, la situación no es nueva. Los picos asistenciales son cada vez más comunes en verano, cuando se duplica la población flotante de la Isla y los profesionales se van de vacaciones, y en invierno con la llegada del frío. El de esta semana ha sido el primer momento de saturación de los que se vivirán esta temporada, en especial en enero, con la llegada de la epidemia de la gripe.

Así pues, frente a una situación cíclica ante la que poco se puede hacer, los trabajadores «hace tiempo que decimos que se nos queda pequeño el hospital sobre todo en épocas del año como ésta», señalan de una infraestructura de referencia que cumple 12 años de vida y que tiene todas sus camas en uso.

El mayor problema, sin embargo, es que en un contexto de agotamiento generalizado del personal tras el paso de la pandemia por COVID, este tipo de saturación del servicio sobrecarga todavía más a los profesionales. «Urgencias no cierra las puertas nunca y el problema es que cuando los pacientes se quedan, los trabajadores van recibiendo a otros, y deben llevar más de lo que recomiendan las ratios», explica Vijande.

En este sentido todos los profesionales recomiendan a la gente que acuda a Urgencias únicamente cuando es necesario para no sobrecargar el servicio y dar una mejor atención. Sin embargo, con una Atención Primaria en precario, muchos optan por acudir los hospitales, siendo como el pez que se muerde la cola.

Este fin de semana la actividad quirúrgica disminuye y se espera que la situación de estos servicios mejore. En caso contrario el lunes, que es el día en que la gente suele acudir a Urgencias, podrían verse de nuevo servicios saturados, pacientes esperando horas o días de más en los pasillos de los hospitales y derivaciones de unos a otros para ir asumiendo las cargas.