Los afectados son catorce empresas de banca y del sector inmobiliario que adelantaron dinero por reservas para tener presencia en la feria. | R.S.

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La feria inmobiliaria fantasma en la que un empresario dejó colgados a catorce empresas de la Isla y al Palau de Congressos sin pagar lleva a una condena de tres años de cárcel para el supuesto promotor. Un juzgado de lo Penal considera que existió un engaño deliberado por parte del acusado, que sabía que carecía de fondos y solvencia para organizar la feria y que, aún así, captó expositores y les cobró para luego dejarles en la estacada.

El evento iba a celebrarse en septiembre de 2019. Un año antes había montado una sociedad, Organización de Ferias y Eventos S. L. Sin patrimonio ni empleados. Antes había dado de baja otra mercantil que sí había llevado a cabo una feria que funcionó en Mallorca en 2017, en el Palma Arena. Con ese antecedente, firmó el contrato con el Palau de Congressos y puso en marcha la maquinaria. La sentencia señala que era una «sociedad meramente instrumental al servicio del fraude».

Así, durante unas semanas cobró en torno a 120.000 euros a distintas entidades: bancos, inmobiliarias y otras empresas del ramo. A medida que se acercaban las fechas, relata la sentencia, el Palau de Congressos comenzó a advertirle que si no pagaba todo el alquiler y el montaje, la feria sería cancelada. Continuó captando fondos y, finalmente la empresa que gestiona el espacio decidió cancelarla, algo que el acusado solo notificó al día antes a los participantes.

La sentencia recuerda que el acusado ya tiene tres condenas por estafa por hechos «idénticos o muy parecidos derivados de la organización de eventos», lo que le llevó a ir montando sociedades diferentes para seguir actuando. «El acusado y su empresa carecían de solvencia, de fondos, de dinero y de bienes para organizar la feria. El propio acusado lo admitió paladinamente al manifestar que jugaba a la lotería para reunir ‘desesperadamente' dinero», añade la sentencia. A la magistrada le llaman «poderosamente» la atención los «inmumerables» cargos por juegos de azar y lotería efectuados «antes, durante y después de los hechos» por el acusado a la cuenta de la empresa. El mismo día del juicio, el juzgado notificó al acusado que tenía una requisitoria desde Eivissa por otro delito.

Punto de vista

La suscripción de Netflix como prueba de descargo

La sentencia tilda de «desfachatez» algunos de los gastos que aportó el acusado para intentar justificar que sí hizo algo para intentar organizar la feria, entre ellos, gastos de teléfono, viajes de vuelta de Mallorca a la Península y una suscripción a Netflix. «Sobran los comentarios», escribe la magistrada. El acusado también explicó en el juicio que usaba las cuentas de la empresa para pagar su día a día y sus gastos personales.