En los sótanos de este edificio se encuentran infraviviendas. | Pilar Pellicer -

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El edificio en cuyo sótano acoge una treintena de infraviviendas en Gomila era un antiguo hotel. Según el catastro, los sótanos de este edificio cuentan con una superficie de 670 metros cuadrados y tienen un uso de hostelería. De esta manera, cuadraría con la licencia de hotel con la que contaba este inmueble que se construyó en 1970.

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En aquella época era habitual destinar los sótanos para alojar trabajadores de la hostelería, procedentes de la Península para echar la temporada. En estos 670 metros cuadrados se han instalado al menos 32 trasteros, mientras que en la planta baja hay localizados tres locales reconvertidos en vivienda, que se encuentran en mejores condiciones de habitabilidad.

Las infraviviendas del sótano apenas cuentan con diez metros cuadrados, en las que se instalan también una cocina y un baño. Por otro lado, carecen de cédula de habitabilidad. El mercado de alquiler de Palma es implacable con los inquilinos y se les exige nóminas imposibles, avales bancarios, mientras que los propietarios huyen de las familias con niños y animales, autónomos, extranjeros y todo aquel que no sea funcionario con una nómina asegurada. La única salida para muchos trabajadores y pensionistas son estas infraviviendas cuyos precios de alquiler oscilan entre 280 y los 600 euros.