La 'Ruta de pedra en sec' es una de las más visitadas de Mallorca.

TW
1

La pandemia ha marcado un antes y un después en la historia del montañismo en Baleares. En 2020, muchos ciudadanos optaron por los deportes al aire libre como alternativa de ocio segura y el número de federados batió todas las previsiones. Tres años después, aunque a menor ritmo, esta práctica sigue ganando adeptos y ya son más de 5.300 las personas inscritas.

«En la pandemia tuvimos un pico y no sabíamos qué ocurriría a medio plazo. Ahora sabemos que la gente que viene se fideliza y el 95 % se queda. Crecemos despacito, a un ritmo de unos 80 federados al año, pero seguimos creciendo», explica Xisco Fanals, presidente de la Federación Balear de Montañismo y Escalada (FBME).

De los 5.300 miembros que tiene la Federación de Montañismo 2.100 personas practican principalmente senderismo y otras 2.100 la carrera por montaña. El resto se divide entre escalada, marcha nórdica, barranquismo y alpinismo. «Estamos contentos, aunque también es verdad que hay mucha gente que va a hacer deporte no federada, pero al menos fidelizamos y eso para nosotros es muy importante», dice Fanals.

Entre las principales reivindicaciones de la FBME está la homologación y mejora de la señalización de las rutas senderistas. Este año se ha homologado el GR de Deià a Pollença que corresponde con el tramo final de la Ruta de Pedra en Sec, uno de los recorridos más visitados de Mallorca. En estos momentos trabaja con el Consell para homologar el tramo que discurre entre Andratx y Deià con todas sus variantes (Calvià, Bunyola, Puigpunyent, Estellences…). Todas ellas ya están señalizadas con los colores característicos pendientes de completar el trámite. Si todo va bien la prehomologación estará lista en primavera, si hay alguna deficiencia a más tardar en verano, avanza el presidente de la federación.

«Las homologaciones las hacen nuestros técnicos y el proceso lo inicia el Consell de Mallorca, la ventaja de homologar un GR es la misma que tienes al homologar una instalación deportiva, como un campo de fútbol o piscina», dice Fanals. «Con la homologación tenemos un mayor control de la ruta y cuando hay alguna incidencia (como la caída de un marge, un árbol o señalítica) comunicamos al Consell la incidencia que como promotor tiene que solucionar. Si no lo hace perderíamos la homologación y eso tendría repercusión a nivel internacional porque entramos en el listado de los GR europeos y toda Europa sabe que en Mallorca tenemos un sendero que puede practicar con seguridad», concluye.

Las rutas GR (de Gran Recorrido) forman parte de una red europea de caminos pensados para caminatas de más de dos días con una longitud mímima de 50 kilómetros. En Francia reciben el nombre Grande Randonnée, en Alemania Fernwanderwege, en los Países Bajos Grote Routepaden o Lange-afstand-wandelpaden y en Portugal Grande Rota. En España la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada es la encargada de velar por el mantenimiento de las rutas de Gran Recorrido y quien les asigna el número por el que son reconocidas, en el caso de las Islas a través de la Federación Balear de Montañismo y Escalada.

Los Senderos Europeos de Gran Recorrido son competencia de la European Rambler's Association. Comparten una señalítica similar, con una raya blanca sobre otra roja, a veces en indicadores (como los de madera de la Ruta de Pedra en sec) y otras veces pintadas sobre los troncos de árboles o piedras. Los símbolos ayudan al usuario (con independencia de su país de origen) a identificar los cambios de dirección, la distancia o la continuidad de la ruta.