Baleares cierra el año con la vivienda usada más cara de España.

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Baleares cerró 2023 como la Comunidad con la vivienda de segunda mano más cara, con una media de 4.141 euros por metro cuadrado, un precio un 9,2% superior al registrado en diciembre de 2022, según datos del portal inmobiliario Pisos.com.

Se trata de la sexta subida más alta del país. Frente al mes de noviembre el precio bajó un 0,44%, el segundo ajuste más leve de las Comunidades. Baleares fue la autonomía más cara por delante de Madrid (3.771 €/m2). En toda España, el precio medio es de 2.160 euros por metro cuadrado, un 8,8% más alto que un año antes.

Por municipios, Palma (-0,38%) arrojó una bajada mensual contenida, pero de un año a otro, los precios han subido un 6,31%. Con 4.182 euros por metro cuadrado en diciembre de 2023, Palma fue la cuarta capital de provincia más cara.

Mientras, Campos (38,13%) fue el sexto municipio español que más creció, mientras que Capdepera (-1,37%) fue el que más descendió de Baleares. Con 10.298 euros por metro cuadrado, Formentera fue la población más cara del país en diciembre de 2023. Sa Pobla (1.572 €/m2) fue la más asequible de la autonomía.

El director de Estudios de Pisos.com, Ferran Font, ha comentado que muchos opinan que se ha cerrado «un año atípico» refiriéndose a que los precios no han seguido el compás de compraventas e hipotecas, indicadores que han arrojado caídas muy profundas.
«Los datos de transmisiones y préstamos para la compra de vivienda se están acomodando a un entorno de normalidad», ha apuntado, recordando que vienen «de años de récord y la subida de los tipos y el desgaste del ahorro no ayudaban a sostener este escenario por mucho más tiempo».

Para el portavoz del portal inmobiliario, «la amenaza de un descalabro en los precios queda descartada, también en 2024», ya que «la falta de oferta contiene los descensos», aunque no descarta «un aterrizaje suave lejos de las zonas más dinámicas».

Aunque desde Europa parecen haber dejado los tipos estancados por el momento, Font advierte de que «la financiación ahora es más cara, pero esto no retendrá a la demanda mientras se cumplan los criterios de concesión y la cuota se ajuste a una capacidad de endeudamiento razonable».

Lo que será más complicado será encontrar producto, «pues la actividad promotora está siendo muy cautelosa con sus proyectos» y la rehabilitación todavía no cala como fórmula para «tener una segunda mano más atractiva y competitiva».