El antropólogo de Manos Unidas Lucas Bolado, en Palma. | M. À. Cañellas -

TW
2

Mans Unides Mallorca ha invitado estos días a la Isla al antropólogo y coordinador de proyectos Lucas Bolado (Madrid, 1974) a propósito de la campaña de la ONG, que lleva por título El efecto ser humano y se enfoca en el cambio climático. El obispo Sebastià Taltavull presentará el domingo, a las 10.30 horas en la Seu, la campaña enmarcada en la Jornada Nacional de Manos Unidas.

Durante estos días, algunos colegios de educación Secundaria y Bachillero de Palma han podido conocer de primera mano el trabajo de campo de Lucas Bolado, vinculado a la ONG de la Iglesia desde hace más de 15 años y que se encarga de coordinar los proyectos en la zona de Caribe. «Nuestra misión es ir donde está la población más pobre. Gracias a la red que tenemos en todo el mundo, podemos llegar a miles de personas», destaca.

El papel internacional

La campaña de este año se enfoca en el cuidado del planeta, la crisis medioambiental y la pobreza. Lucas Bolado ha podido observar las dificultades de estos tes temas en países como Haití, donde acude cuatro o cinco veces al año. Un país con unos 11 millones de habitantes con un 60 % de su población en pobreza severa. «En este tipo de países, los efectos del cambio climático son más duros al no existir medidas preventivas, donde la mayoría de la gente vive de la agricultura de subsistencia –de la producción en sus parcelas– que va muy ligada a las lluvias. Si no llueve, que es lo que ha pasado, no se produce. Hay periodos de mucha sequía y ha aumentado el hambre», explica el antropólogo en esta entrevista.

La deforestación en países como Haití, los conflictos internos de Nicaragua, donde que ya no acude Manos Unidas, o la inestabilidad de Cuba ha provocado un enorme éxodo sin precedentes de estos territorios que se suman a las largas filas de gente en Centroamérica que caminan hacia Estados Unidos.

Lucas Bolado es consciente de las dificultades, y peligros, que hay, y por este motivo cree que «la comunidad internacional da la espalda a los países más pobres, como Haití, Cuba o Nicaragua». Desde Manos Unidas, intentamos trabajar con socios locales, que supervisan el día a día de los proyectos, a fin de conocer los beneficios que tiene». El antropólogo asegura que «aunque la cooperación no puede resolver los problemas de un país, pues eso es cosa de los propios gobiernos, puede ofrecer recursos porque las necesidades son infinitas».

Actualmente, hay misioneros, monjas y obispos encarcelados. La persecución se ha convertido en uno de los negocios «más rentables», asegura Bolado, y cada día hay asesinatos. Él mismo ha visto morir a compañeros. «La implicación de todos los agentes políticos para pacificar uno de los países más peligrosos del mundo, como es Haití, es fundamental para devolver la paz. Hoy en día, las cuentas de la Iglesia en Nicaragua, por ejemplo, están bloqueadas, explica el experto.