Francisco Claros, administrador de Reclamalia Abogados, despacho que colabora con la Asociación de Afectados por la Banca y Créditos al Consumo (Afeban) llevando los casos de multipropiedades, explica que hay dos tipos de afectados. «Todos los contratos firmados después de 1999 son nulos de pleno derecho, si son a perpetuidad», dice Claros. Esto sucede porque el Tribunal Supremo sentenció que los son todos aquellos en los que se comprara una semana por más de 50 años después del 5 de enero del 1999.
Por otro lado, aquellos que firmaron el contrato antes de esta fecha no tienen forma de anularlo. Además, aunque sea nulo no se puede recuperar el dinero y mientras se siga siendo propietario se tienen que pagar los gastos de mantenimiento, que rondan actualmente los 500 euros, aunque la cantidad suele subir progresivamente. Sí que es cierto que hay casos en los que «las semanas fueron financiadas por bancos a través de un crédito vinculante», señala Claros, en cuyo caso «los clientes sí pueden recuperar el dinero».
El problema a la hora de reclamar es que la mayoría de las empresas comercializadoras están «desaparecidas, aunque puedas anular el contrato no hay a quien reclamar porque están en rebeldía procesal (un limbo legal)», aclara. Una de las empresas que sí sigue operativa es Ona Aucanada, en Alcúdia, Claros expone que de las muchas demandas que lleva el bufete, ninguno de los clientes que se han querido desvincular de esta comercializadora han podido recuperar el dinero. «Hay mucha gente que está atrapada en este tipo de contratos, así que lo que hacen los propietarios para quitarse el problema de encima es pagar a la empresa para que se queden con su semana por unos 1.500-2.000 euros, porque la vía judicial es mucho más cara».
Cabe destacar que las primeras promociones de los años 90 se centraron en vender semanas de verano, pero para finales de los mismos y comienzos de los 2000 ya solo se ofrecían las de invierno. Esta «solución» de pagar para dejar de ser titular de una semana está orientada al segundo grupo, ya que las de verano no se compran pero se alquilan a buen precio. «Tenemos muchos clientes británicos, españoles e italianos que han heredado la semana de sus padres y para deshacerse de pagar las cuotas han pagado a la empresa», apunta. «La empresa no hace nada con esas semanas, las pone a la venta desde un portal a un precio ridículo porque no hay mercado», añade.
Para los afortunados que tienen las semanas de verano la tónica es diferente. En algunas ocasiones la empresa compra la semana a los dueños y la alquila a turistas. En otras, no ofrecen la posibilidad pero acuerdan con el dueño realquilar esa semana a cambio de no cobrar las cuotas anuales. El problema viene cuando los propietarios quieren sacar rendimiento de su semana intentando vender o alquilar por su cuenta: «Ona les va a poner mil pegas, no tengo pruebas pero los clientes nos lo comunican». «Salen ganando siempre, ya sea por las cuotas, el realquiler o la parte hotelera», asegura Claros. Por el alquiler de una semana en uno de estos complejos se llega a facturar más de 2.000 euros por apartamento.
6 comentarios
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jajajaja qué pringados!
Queridos jóvenes baleares: Tenéis que acostumbraros a que los pisos con un solo propietario en Baleares son cosa de extranjeros. El presente y futuro para los españoles es la multipropiedad o alquiler, pero ambas opciones compartiendo piso (¿no lo querrás para ti solo?), mientras trabajas en la hostelería poniéndole los cocktails al extranjero que vive como dios en España (tu país). Y si no te gusta querido joven español, pues te quedas viviendo con tus padres y seguimos batiendo récords de baja natalidad año tras año. Otra opción que tenéis los jóvenes es iros de Baleares a vivir a Motilla del Palancar, que creo que ya tiene Wifi, y desde allí mirar vídeos en Youtube de Mallorca en verano (vuestra tierra) para refrescaros. Y recordar que todo esto sucede por una única razón: porque SOIS UNOS VAGOS y queréis vivir gastando mucho y saliendo mucho (¿A que ya os lo ha dicho algún pijito de turno?). Pues eso.
Això per creure en els "euros a 50 cèntims" dels xarlatans i llestets inmobiliaris demerda.
Era obvio desde el minuto cero.
Queda claro que tomaron una mala decisión. Las medias, ni para las mujeres.
Este negocio es lo que se denomina duros a cuatro pesetas, compartir una propiedad turnándose con 50 propietarios más nunca puede acabar bien, y si han pagado 30.000 euros hace 30 años para disfrutar una semana al año ya me dirás...