Bartomeu Servera, presidente de la patronal de empresas distribuidoras de Baleares.

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La alerta sanitaria nacional por la importación de fresas portadoras de la hepatitis en España, aunque el lote no ha llegado a comercializarse, pone bajo la lupa la importación de productos en todo el territorio nacional y especialmente en Baleares, teniendo en cuenta que es la comunidad que más alimentos importa al año en proporción a su tamaño. Así lo explica Bartomeu Servera, presidente de la patronal de empresas distribuidoras de las Islas que aboga por intensificar las relaciones con los países de los que importamos para reducir al máximo los riesgos.

No obstante hoy por hoy los distribuidores aseguran estar preparados para inmovilizar en solo diez minutos cualquier lote afectado por una alerta alimentaria en Baleares. «Es algo muy malo que la importación de alimentos contaminados pueda ocurrir y se deben intensificar las relaciones con países de los que importamos, muy especialmente cuando hablamos de productos alimentarios para minimizar los riesgos. Deben aumentar los controles en los países de origen porque, el consumo de fresas portadoras de hepatitis podría haber sido un problema gravísimo», avisa.

La otra cara de la alerta sanitaria es que «afortunadamente las inspecciones sanitarias han detectado el problema» pero los distribuidores entienden que «no podemos confiar siempre en que esto va a funcionar porque algún día puede fallar y las empresas poco podemos hacer», añade.

Las empresas distribuidoras de Baleares no realizan controles sanitarios a los productos que importan. «Entendemos que las mercancías ya han pasado todos los filtros pero noticias como la de las fresas con hepatitis generan desconfianza y malestar entre los consumidores y profesionales», advierte la patronal.

«Marruecos es el principal país de origen de la fruta y verdura que llega a Baleares y si no lo es directamente lo es de forma indirecta porque a través de su frontera nos llega la fruta y verdura de otros países de África. Es necesario intensificar los controles en frontera, no solo para ayudar a nuestros productores que ya debería ser suficiente (aún entendiendo las reglas del libre mercado), sino para dar garantías sanitarias a los consumidores», reflexiona Servera.

Los lácteos que llegan a la comunidad son mayoritariamente franceses y en menor medida alemanes y holandeses. Si hablamos de productos cárnicos, aunque hay un mayor abanico de países que venden a Baleares, Alemania tiene un peso importante (siempre y cuando no tenga problemas de enfermedades animales como los que está teniendo ahora).

Los encargados de realizar los controles aleatorios e intensivos de las importaciones de alimentos son el Ministerio de Sanidad y la Conselleria de Salut. «Quiero pensar que entre los controles aleatorios y los intensivos no hay nada que se pueda colar. Un incidente siempre puede pasar, porque cada día entran millones de productos a Baleares de distintos sectores. Los filtros cumplen con su función y el último filtro que pasamos es el de nuestra comunidad», explica la el presidente de la patronal.

«A veces no nos creemos lo bien que lo hacemos y es importante pensar los millones de desayunos comidas y meriendas que en esta comunidad suministramos cada año. No creo que en relación a su tamaño haya ningún otro territorio, no solo de España sino del mundo, con este nivel de importación y distribución. Lo cierto es que pasamos temporada tras temporada sin apenas la más mínima incidencia. Se hace muy bien pero somos conscientes de que el riesgo 0 no existe», añade.

Bartomeu Servera relata que «en Baleares se trabaja muy bien. Los distribuidores y los proveedores vamos en la misma dirección. Cualquier hotel, bar o restaurante rechaza el género si no cumple con las necesarias garantías sanitarias», dice Tolo Servera.

De hecho asegura que la patronal es capaz de inmovilizar un lote afectado por una alerta sanitaria en solo 10 minutos. «En tiempo real en 10 minutos se inmoviliza el lote, pero no recuerdo últimamente que haya habido grandes alarmas a nivel global. Sí que recuerdo algún caso de intoxicación, pero normalmente esos casos tienen más que ver con la manipulación, una cuestión que es básica, sobre todo cuando hablamos de productos frescos como la fruta o la verdura que en cualquier punto de la cadena pueden verse afectados», añade.

El organismo autonómico que se ocupa del control sanitario de los alimentos en las Islas es el Servicio de Seguridad Alimentaria, dependiente de la Conselleria de Salut. Tiene entre sus objetivos la vigilancia y el control de establecimientos, alimentos y productos alimentarios para procurar un alto nivel de protección de la salud de la ciudadanía en relación a los alimentos que consume.

Lleva a cabo diferentes actuaciones sanitarias en los establecimientos que se dedican a la fabricación, envasado, almacenamiento, transporte, distribución, importación y venta de alimentos y bebidas destinados al consumo humano. Realiza inspecciones y auditorías de inocuidad de la producción y comercialización de alimentos y aguas destinados a consumo humano, toma muestras, gestiona las alertas alimentarias, el control del bienestar animal, la higiene en los mataderos, la gestión de los registros y las autorizaciones sanitarias.

Las fresas con hepatitis, que entraron a España desde Marruecos a través del Puerto de Algeciras (Cádiz) no llegaron al consumidor, según informó a la Junta de Andalucía la empresa que las importó. Los afectados son 1.500 kilos de fresas que entraron por el puerto andaluz el 19 de febrero. Según la versión que ha ofrecido el importador al gobierno autonómico las fresas estaban vendidas pero el comprador finalmente no se las llevó, se pusieron malas y no se llegaron a distribuir.

La Junta de Andalucía sigue investigando el caso para esclarecer los detalles del suceso y adoptar las medidas sancionadoras si procede. Agrupaciones de agricultores han pedido al Ministerio de Agricultura que adopte las medidas oportunas para que una situación de riesgo sanitario como esta no vuelva a producirse.