El veterano diplomático Javier Elorza posa para esta entrevista. | Jaume Morey

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Javier Elorza ha sido embajador español en más de 10 países de varios continentes, como Rusia, Francia, Italia o India. Fue una figura clave en Bruselas entre 1985 y 2002 y negociador del Tratado de Maastricht de la Unión Europea en 1992, marco base para la política comunitaria. El diplomático atendió a Ultima Hora este jueves antes de inaugurar en Palma el ciclo de conferencias Hablamos de Europa, organizado por el Consell de les Illes Balears del Moviment Europeu.

¿Cómo ve la actual UE?
No hay un liderazgo claro, como lo había en la época que estuve en primera línea, con Felipe González, Margaret Thatcher o Helmut Kohl. Gente con mucha personalidad; había un diálogo entre pesos pesados que ya no existe. El candidato del Partido Socialista Europeo a presidir la Comisión Europea, Nicolas Schmit, es un señor que conozco, un funcionario excelente, pero no es político. Ursula von der Leyen se vuelve a presentar aunque no tenga todos los apoyos de su parte.

¿Su gestión le pasará factura?
Hay una corriente de opinión en Bruselas que piensa que su comisión ha querido un mundo para el que la economía no está preparada, porque las medidas contra el cambio climático que han impulsado dañan al sector agrícola e industrial, por ejemplo. Han tenido que dar marcha atrás y posponerlas. Fueron un poco ingenuos y los hay que creen que esto tendrá un coste para Von der Leyen.

¿Qué puede pasar tras las elecciones europeas de junio?
En las últimas hubo mayoría de socialistas, populares y liberales, pero igual esta vez no dan los números y se produce un voto protesta a favor de los dos grupos conservadores que incluyen, por una parte, a los de Marine Le Pen y Alternativa por Alemania y, por otro, a Georgia Meloni y Vox. No ganarán, pero pueden conseguir suficiente para influir. El riesgo de una Europa ingobernable existe porque estos partidos son más antieuropeístas y, si son decisivos, pondrán pegas a la hora de votar ciertos temas.

«Europa se prepara ya para un escenario de guerra», tituló El País. ¿Alarmismo o también lo ve así?
Es ridículo porque el tratado de Lisboa no es militar, no tenemos un Pentágono y la Comisión Europea carece de competencias en materia militar, solo puede favorecer a la industria de defensa. Von der Leyen, al decir que creará un comisario de defensa, se pasó tres pueblos. Europa no está preparada para liderar un conflicto, debemos ir de la mano de la OTAN, que tampoco está dispuesta a poner soldados en Ucrania. El escenario de una guerra no está sobre la mesa. Ucrania, si no recibe apoyo inmediato, perderá en verano.

¿La política exterior rusa es pura ambición imperialista o una respuesta al cerco con bases militares al que le somete la OTAN?
La primera idea es una falsedad porque los rusos no son expansionistas, quieren tener su mundo, que incluye Bielorrusia y Ucrania. A Gorbachov le dijeron que la OTAN no pondría bases cerca de la frontera rusa y ha pasado todo lo contrario. Putin ya advirtió en 2017 que no le pusieran un puñal en la garganta, pero Ucrania está a poco más de 500 kilómetros de Moscú y no querían un gobierno pro-OTAN. No estamos en un mundo unipolar y EEUU no tiene el control del planeta: está Rusia, China, el sur global, desde Sudáfrica al Brasil de Lula y también Arabia Saudí y la India, que no han puesto sanciones a los rusos. Los rusos son ajedrecistas: el conflicto en Gaza está relacionado con Ucrania, como el de los hutíes en el mar Rojo o el golpe de estado en Níger, que corta el suministro de uranio a Europa. El ruso abre heridas por todo el mundo para que el americano ceda. Para Rusia, Europa no cuenta en la resolución del conflicto ucraniano. Cuando lleguen a un acuerdo con EEUU, se acabará.

¿Como la división de Corea?
Para los rusos, ganar pude que solo sea quedarse con las regiones anexionadas y que haya un gobierno ucraniano neutral, no pro OTAN.