Siete mujeres de 12 a 75 años describen lo que significa el Día Internacional de la Mujer. | J.Morey - P.Pellicer - T.Ayuga

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Una de las entrevistadas para este reportaje recordaba la letra de la canción Son, son será, de Maruja Garrido, que dice así: «La mujer que sale mala ni reñirle ni pegarle, meterla en un barco roto y que la mar se la trague». Data de 1974 y a pesar de que era popularmente conocida, es una letra machista. El machismo aparecía entonces en todas partes pero aún sigue presente en pleno siglo XXI. Pero ha sido distinto en cada generación. Hoy es el Día Internacional de la Mujer y siete mujeres, de diferentes edades, explican lo que es, para cada una de ellas, este día. Además, abordan con detalle qué era ser fémina en su época, cómo era su entorno social y familiar y qué oportunidades tuvieron. También reflexionan sobre el papel que tiene hoy en día el movimiento feminista y su futuro.

Esperança Sureda, 12 años


«El 8-M es un día importante para celebrar los derechos de las mujeres y recordar que hace muchos años no podíamos hacer nada». A su edad, Esperança Sureda, 12 años, es muy consciente de lo que es el Día de la Mujer y lo que es el feminismo. Su generación, dice, se ha empapado de estas reivindicaciones, del significado y de la importancia de la igualdad. «En mi clase, todos nos respetamos y nos tratamos por igual. No he visto ninguna discriminación por ser mujer», explica. Esperança va a un colegio público de Manacor. Asegura que para días como el 8-M sus profesores preparan jornadas, actividades y talleres. La joven se ha criado con el feminismo en casa. «En mi entorno no veo micromachismos y mis padres son feministas», destaca. Una de las razones que da Esperança para que entendamos por qué su generación está muy preparada en la igualdad y en el 8-M son las redes sociales: «Mis amigos y yo vemos mucho Tik Tok e Instagram para informarnos. Aunque yo no tengo móvil, algunos amigos sí. Pero, además, los propios profesores nos ponen vídeos sobre el feminismo para entenderlo». A pesar de todo, cree que «todavía faltan muchos años para que lleguemos a una igualdad entre hombres y mujeres».

Maria Adrover, 24 años

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Es, probablemente, una de las únicas mujeres xeremiers. Músico de profesión y estudiante de Arte Dramático en la Esadib, Maria Adrover tiene 24 años y es una de las nueve mujeres del grupo musical Pitxorines. «El 8-M, para mí, es un día para dedicarme a mi profesión o bien descansar». Dice esto porque Maria tiene sentimientos encontrados en relación a la manifestación. «Yo no participo porque creo que se ha convertido en un movimiento sectario que hace un juicio sobre el tipo de mujer que hay. Se ha desvirtuado mucho y a la gente le mueve más una imagen y mostrar en redes la manifestación». Como parte de Pitxorines, cuestiona que muchas personas las llamen más por la imagen que dan (nueve mujeres músicas sobre un escenario) que por su música. Maria pertenece a una generación que ha «despertado» en las cuestiones de igualdad en la mayoría de edad. «Sé que ha estado siempre la lucha, pero es ahora cuando se visualiza más. En Campos, de donde soy, no recuerdo que nadie hablara de ello. Ni entre mis amigos».

Rosalía Alfonso, 35 años

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«Para mí, el Día Internacional de la Mujer son todos los días. No lo celebro porque encuentro que una cosa es ser feminista y otra, feminazi», dice Rosalía Alfonso, de 35 años y estilista de perros. A pesar de su opinión, sabe que el 8-M se lleva celebrando desde hace años «para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres», pero piensa que «deberían salir mucho más ellos que ellas». Lo que más le preocupa son los derechos de las mujeres por la conciliación. Nacida en los años 80, dice que ha tenido «suerte» por tener a unos padres abiertos. Ella pudo contar su homosexualidad sin ningún problema. Sin embargo, sí que cuenta que en el colegio los estereotipos «estaban muy marcados». «Mi generación ha tenido un despertar tardío en comparación con los jóvenes de hoy. Creo que todavía hay miedo a la hora de hablar de según qué cosas», considera.

Nora Karaz, 41 años

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«En casos como el mío, se sufre doble estigma: por ser mujer y musulmana». Nora Karaz, de 41 años, es representante inmobiliario de Portoccino. Mujer empoderada, ha tenido la suerte que otras no: estudiar, trabajar y decidir sobre su futuro. Para ella, el 8-M es un día «que conmemora la lucha diaria de la mujer. Es una jornada muy importante para salir a la calle y recordar que estamos aquí y no estamos solas». Nora se crió en la Isla pero estudió en Marruecos. Dice que la cultura es muy distinta, pero ya su generación hablaba de los derechos de la mujer aunque «nadie se lo creía. Hoy en día sí se lo creen y luchan». Considera, además, que se está dando mucha publicidad al feminismo pero luego, en la práctica, no es tan creíble, por eso cree que falta mucho por hacer aunque «España avanza más que Marruecos».

Ana Sayes, 56 años

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Ana Sayes es exazafata yactriz nacida hace 56 años en Alemania. Se crió y creció en un entorno liberal y ser luchadora e independiente lo lleva en la sangre desde bien joven: «El 8-M es un día en el que la mujer puede expresar cómo se siente, protestar por las injusticias y reflexionar sobre lo que hemos mejorado». Aunque llegó a Mallorca con 19 años, recuerda que en Alemania «el tema de la libertad de la mujer estaba mucho más avanzado que en España». Ha sido azafata muchos años y reconoce que «he tenido la suerte de no cobrar menos que mis compañeros hombres». El nacimiento de su hijo le marcaría a la hora de decidir la educación y los valores: «Cuando eres madre, y de un chico además, lo que más quieres es que sea buena persona y trate a todos por igual». Ana cree necesario salir a la calle porque desde que ha sido consciente de lo que es el feminismo ha visto mucho trabajo por hacer. «Veo a los jóvenes mucho más abiertos», opina.

Rhoda Macdonald, 65 años

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La historia de Rhoda está marcada por el alcohol y una vida que no deseaba del todo. Nacida en Escocia hace 65 años, lleva en Mallorca más de 30 años. «Las mujeres de hoy no son como hace cincuenta años. Tenemos más derechos y podemos estudiar lo que queramos. Pero la igualdad no ha llegado». Rhoda es feminista. Conoce el origen del 8-M a la perfección y en este reportaje da la cara, por primera vez, para ayudar a mujeres que, como ella, han tenido problemas con el alcohol. «Siempre he sido muy independiente y he trabajado desde bien pequeña, pero me tocó vivir una cosa que no quería. Fui madre de gemelos a los 36 años y tuve que convertirme en ama de casa para criarlos. Encerrada en el hogar, caí en una depresión». Uno de los consejos sabios que da a las mujeres es que «nadie acepte algo porque la sociedad lo diga. Sed independientes con vuestras propias ideas».

Julia Cerdeiriña, 75 años

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Julia Cerdeiriña es una mujer adelantada a su tiempo, valiente y con una visión clara de lo correcto y lo incorrecto. A sus 75 años dedica parte de sus ratos libres a la interpretación. Pero para llegar a un pensamiento feminista, abierto y empoderado, hay que retroceder a los años 60 y 70, en una Galicia «muy cerrada donde imperaba la religión». Recuerda que cuando era muy joven, había una criba tremenda entre hombres y mujeres y mucho desconocimiento en cuestiones sexuales. «Si con 15 o 16 años una se quedaba embarazada se pensaba que era por el Espíritu Santo, no por una relación sexual. Imagínate», expresa. Julia estudió Secretaría de Dirección y consiguió un buen puesto de trabajo. A pesar de ello, sí que sufrió la desigualdad salarial: «Gracias a mí entró un amigo a trabajar a la empresa y lo primero que supe es que iba a cobrar mil pesetas más que yo por ser hombre». Para ella, los años más transgresores fueron los 80. Tras emplazarse en Mallorca, se empezaría a juntar con los colectivos bohemios y de artistas, lo que le abrió la mente. Reconoce que sufrió violencia machista en dos ocasiones y ciertas injusticias por ser mujer. Ahora, vive el 8-M de forma «maravillosa».