Ni el agotamiento del día anterior tras la procesión del Crist de la Sang; ni tampoco un día gris amenazante pudo con la pasión del Viernes Santo y la devoción por la procesión del Sant Enterrament. El sonido del primer redoble de tambor a las siete de la tarde marcó la salida de uno de los desfiles más multitudinarios, a la par que solemnes, que posteriormente estuvo marcado por el silencio del luto y el dolor por la muerte de Jesucristo.
Las 33 cofradías de Palma se citaron, como cada año, en la plaza de Sant Francesc de donde partía el tradicional recorrido siguiendo el orden inverso de antigüedad. En esta edición, sin embargo, han brillado dos por encima del resto, la siempre aplaudida Nuestra Señora de la Esperanza y de la Pau; y la agrupación de penitentes del Sant Crist de l'Agonia que celebran el centenario de su fundación.
Ambos encabezaron este desfile de Viernes Santo y fueron agasajados por la presidenta del Govern, Marga Prohens, quien siguió el desfile a su paso por la plaza de Santa Eulària. Prohens depositó en el paso de la virgen, que iba acompañada por una representación de la familia March, un ramo de rosas blancas. Mientras que al del Crist de l'Agonia que ayer salió junto a la Virgen de los Ángeles, le ofreció otro de rosas rojas. A cambio, el presidente de la cofradía le hizo entrega de la medalla de su agrupación.
Los Tambores de la Sala y la Policía Montada marcaron el paso y el recorrido y, tras las cofradías centenarias prosiguió el orden tradicional, con Nuestro Padre Jesús de la Humildad (2008) al frente. El colofón lo puso, como es habitual, la organizadora de esta procesión: la Cruz de Calatrava, que data de 1902 y que transporta al Cristo Yacente, una talla del siglo XVI.
El fervor le ganó la partida al cansancio de una semana intensa de procesiones y los más de 4.000 cofrades desfilaron ante un numeroso público en el que no se discernía entre fieles y turistas. Si bien es cierto que a medida que avanzaba la procesión y entraba la noche, el grueso de observadores se iba diluyendo.
Como novedad en el Sant Enterrament de este 2024, la cofradía de La Salle estrenó un nuevo paso de la virgen a costal, que no pudo salir el año pasado. La nota triste la dejó la cofradía de las Angustias que tuvo que desfilar sin su paso (se quedó en la iglesia de la Merced) pues horas antes descubrían un fallo en la estructura y consideraron que no se podía salir con todas las garantías.
El recorrido fue fiel al de todos los Viernes Santos: de la plaza de Sant Francesc pasó por Santa Eulària; calle Cadena, Colom Bosseria, Galera, Corderia, plaza de sa Quartera, Esparteria, plaza del Mercadal, Ferreria, Porta de Sant Antoni y entrada a la iglesia dels Socors.
Pese a ser más corta que la del Jueves Santo, la procesión no era menos dura. Por suerte en los últimos años ha habido un relevo generacional en las cofradías que fue permitiendo el cambio de costaleros. Como se recordará en 2021, la agrupación de las Angustias tuvo que retirarse antes de finalizar el recorrido, entre llantos, por agotamiento.
Hubo de nuevo calles repletas de expectación, silencios respetuosos, cera desprendida resbalando por la calzada y algún que otro confit o caramelo pasando de nazarenos a manos infantiles. La del Viernes Santo es la representación de la muerte y el entierro de Jesucristo, antes de su resurrección, de ahí la solemnidad que acompañó todo el recorrido.
Ceremonia
Pasada la medianoche la última cofradía, la de la Cruz de la Calatrava, entraba en una silenciosa y emocionada iglesia dels Socors y depositaba su talla en la urna que preside el templo, en uno de los momentos clave de la Semana Santa palmesana.
Se ponía así el colofón de una intensa semana de penitencia hasta las celebraciones, de cariz más festivo de mañana, Domingo de Resurreción.
En los actos previos al Enterrament, durante el Viernes Santo tienen lugar los via crucis, referidos a los diferentes momentos vividos por Jesús de Nazaret desde su prendimiento hasta su crucifixión; también la misa de Les Set Paraules y las procesiones del Davallament tras desclavar su cuerpo de la cruz.
6 comentarios
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Xisco martinAsí es Xisco, yo estuve pasando unos 38 años hasta que la irrupción de estos pasos y tradiciones no palmesanas empezaron a tergiversar nuestra procesión, si no pueden con los pasos o no tienen relevos que los exhiban pero que nos dejen hacer nuestros recorridos, no puede ser que mi cofradía empezando la procesión a las 18:40 salga a las 23:45, y suerte que el Jueves Santo la gente espera al Santo Cristo, este Viernes cuando mi cofradía salía ya casi no quedaba nadie, tan solo familiares y algunos conocidos. Me consta que se les ha intentado exlicar pero la reacción de estas cofradías es casi violenta y nos están haciendo pasar por el "aro", llevamos años diciéndolo y en lugar de ir a mejor vamos a peor. Este año se les ha hecho un recorrido de dos calles y no han podido con él, el año que viene que haremos ? bajar la cuesta de La Sangre y subir Olmos acabando en la Iglesia de Sta Margarita ? Marisa, por favor, acepte que está en una ciudad cuyas tradiciones nada tienen que ver con las suyas. Saludos.
Para mi opinión, falta disciplina y organización de los penitentes, la mayoría va a su paso, sin alinearse ni comprobar que va al paso del que desfila su derecha o izquierda. Por otra, parte, faltan costaleros para ir cambiándose ya que de este modo al ir turnándose el cansancio aparecería más tarde y el público no abandonaría cansados de esperar los pasos. Es mi humilde opinión.
Llevo 60 años desfilando. Todo se rompió en el momento que las cofradías empezaron a querer llevar sus pasos en hombros sin disponer de costaleros suficientes. Estamos en Mallorca y no en Andalucia. Aquí no tiene sentido intentar traer las tradiciones de otros lugares. Esto no tiene solución y se está acabando con las procesiones que conocíamos.
Voy cada año y esta vez ha sido muy lenta con muchos parones, la gente se marchaba de aburrimiento, lo mas vergonzoso que en IB3 TV cortaron la señal antes de llegar a la Iglesia dels Socors.
Lo millor de pasqua és que tornen a posar "la vida de Brian"
Demasiado larga la procesión y además se ha perdido lo que era el verdadero viernes santo, ante el silencio y recogimiento del público en esta procesión se ha dado paso a los vítores y aplausos que no son propios de este día.