María Iguazo, en una de sus últimas apariciones fregando la entrada del chalé okupado en Coves Noves el pasado 19 de mayo.

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María Iguazo, la okupa que se ha hecho famosa como la ‘Beyoncé de Menorca', ya no disfruta de las vistas al mar de Coves Noves. Su familia habría desalojado en las últimas 48 horas el chalé que mostró orgullosa a través de las televisiones de todo el país. Esta vez, a diferencia de su amago de irse la semana anterior ante la posible llegada de la empresa Desokupa, parece que la marcha es definitiva.

Este último capítulo, como el resto de la aventura, también ha sido televisado. Una enviada especial del programa «Y ahora Sonsoles» de Antena 3 relataba este miércoles las idas y venidas de dos coches, capitaneados por el marido de María, que se encargaban de sacar los enseres personales que se habían acumulado en el chalé desde que fue usurpado el pasado 19 de mayo.

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La empresa propietaria habría podido contactar con ella para advertirle de que, si no se iba voluntariamente, acabarían contratando los servicios de una empresa especializada. Ese era, precisamente, el principal temor de la mujer, que tiene cinco hijos menores a su cargo, como ya expresó días atrás con la publicación de varios vídeos en las redes sociales del controvertido Dani Esteve de la empresa Desokupa.

'Desaparecida' tras su infracción al volante

La que no ha hecho acto de presencia en esta mudanza silenciosa ha sido la conocida como 'okupa Beyoncé'. Sus apariciones públicas se han reducido drásticamente desde que el pasado lunes fue pillada por la Guardia Civil conduciendo su BMW de forma temeraria y con positivo en drogas, mientras llevaba a tres de sus hijos al autobús escolar. Unos hechos que han complicado su horizonte judicial más allá de la denuncia por la okupación ilegal de la casa que también pesa sobre ella.

El chalé de Coves Noves, junto a los otros tres que también fueron allanados, cuenta ya con nuevas alarmas, con la esperanza de no volver a ser noticia por una ocupación ilegal y hallar un comprador o un inquilino dispuesto a pagar por su disfrute. Hasta ahora estaba en el mercado por 670.000 euros para su venta o 2.000 euros al mes para su alquiler.