Calvià es uno de los municipios donde el precio de la vivienda es más elevado que antes de la burbuja inmobiliaria. | R.P.F.

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Cuatro municipios de Baleares tienen la vivienda más cara que antes de la burbuja inmobiliaria del año 2007. Así lo ponen de manifiesto el informe ‘Evolución de la accesibilidad a la vivienda en Islas Baleares durante la última década’ que ha elaborado Sociedad de Tasación. En concreto, se trata de Alcúdia, donde el metro cuadrado se vendía en diciembre de 2023 a 2.264 euros; Calvià, 2.358 euros; Palma, 2.622 euros; e Ibiza, 3.061 euros. Cabe precisar que la citada empresa sólo analiza nueve municipios de las Islas; además de los citados anteriormente, se estudian Ciutadella, Inca, Maó, Manacor y Sant Antoni de Portmany.

El delegado en Baleares de Sociedad de Tasación, Marc Pérez-Ribas, advierte que lo más probable es que en el resto de municipios también se superen los precios de la burbuja inmobiliaria a corto plazo. Esto se debe a la escasa oferta de pisos y casas, así como a la elevada demanda. «Hay una oferta reducida y estancada, así como una demanda que va en crecimiento», destaca. En este punto, añade que hay muchos extranjeros interesados en adquirir inmuebles en las Islas y subraya la presencia de mercados emergentes, como EEUU, cuyos residentes cada vez demandan más casas en el Archipiélago balear.

Preguntado por si estamos ante una nueva burbuja inmobiliaria, responde que no porque en esta ocasión sí hay liquidez para pagar los inmuebles. Lo que sucedió en la crisis de 2008 es que los ciudadanos se había endeudado tanto que no todos podían devolver el dinero a los bancos, por lo que algunos de ellos quebraron, los desahucios se dispararon, etc.

Viviendas a precio limitado

Pérez Ribas insiste en que «las administraciones tienen que hacer todo lo posible para encontrar una solución a esta grave problemática». A su modo de ver, la nueva ley de viviendas aprobada por el Govern de Marga Prohens tiene aspectos interesantes, como la construcción de viviendas a precio limitado. Sin embargo, reconoce que su ejecución es complicada. «La Administración debe hacer todo lo posible para que los promotores tengan incentivos para hacer obras a precio limitado en lugar de viviendas de lujo», declara.

Aunque reconoce que es complicado, asegura que «no estamos condenados a que el precio de la vivienda siga disparado; eso sí, tiene claro que a corto-medio plazo no se van a abaratar. «Para que veamos luz al final del túnel tiene que haber una gran apuesta por la vivienda social, es importante tener la colaboración de los promotores para que hagan viviendas a precios limitados».