Los aparcamientos para empleados del aeropuerto se vieron gravemente anegados por el aguacero de este martes.

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Las consecuencias de las inundaciones en el aeropuerto de Palma siguen coleando 24 horas después. Con la mayor parte de los pasajeros ya en sus destinos finales, quienes aún sufren los efectos de la tromba de agua que cayó este martes sobre el aeropuerto son los trabajadores. «La mitad nos hemos quedado sin coche, no arrancan», asegura Marcos Fernández, delegado sindical de la aerolínea Eurowings.

Tras una maratoniana jornada de caos, en la que tuvieron que gestionar la respuesta a todos los problemas que se sucedían -retrasos, cancelaciones, sistemas de comunicación interna colapsados...-, los trabajadores se encontraron al salir, encerrados. «No había forma de salir del aeropuerto», explica Fernández. Él mismo permaneció tres horas dentro de su vehículo, a la espera de poder regresar a casa tras acabar su jornada laboral. Y se reconoce afortunado: «El agua llegaba en la mayoría de coches hasta los asientos. La mitad directamente no arrancan y entre los que sí, muchos tienen los dispositivos electrónicos inoperativos», detalla.

Vehículos en uno de los aparcamientos de empleados del aeropuerto.
Interior de uno de los vehículos anegados.

Recuerda que aún queda por valorar los daños que haya sufrido el personal de tripulación que trabajaba volando en otros destinos y que, cuando regresen a Palma, se encontrarán con sus vehículos anegados y muy posiblemente dañados. El delegado sindical de Eurowings critica que Aena no haya facilitado una respuesta a los afectados y reclama que el organismo sea quien se haga responsable de los daños sufridos, como empresa subsidiaria de la gestión del aparcamiento de los trabajadores del aeropuerto.

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«Era una piscina»

No solo quienes tenían previsto volar tuvieron problemas. Trabajar este martes en el aeropuerto «fue una odisea». Fueron muchos los puntos en los que el agua entró en las instalaciones, casi como «cascadas». El filtro India I, el acceso más importante para los trabajadores de pista, «era una piscina» y hasta cuatro palmos de agua se llegaron a acumular en la zona de equipajes -el conocido como hipódromo o patio de carritos-, actualmente en obras. Además de en pistas, dentro de la terminal la situación, aseguran los empleados, fue bastante caótica, con muchos de los sistemas de comunicación internos colapsados. «Desde las puertas de embarque no podíamos contactar con el personal que traslada a las personas de movilidad reducida. La logística fue bastante caótica, pero hicimos todos los que pudimos», apunta otra trabajadora del aeropuerto.

Por su parte, el director El director del aeropuerto de Palma, Tomás Melgar, ha querido agradecer este miércoles el trabajo de todos los que contribuyeron a recuperar la actividad de Son Sant Joan tras las inundaciones de este pasado martes, que provocaron que el aeródromo palmesano tuviese que interrumpir temporalmente sus operaciones durante unas dos horas. En ese tiempo, un centenar de vuelos sufrieron retrasos o cancelaciones; había previstas más de 900 operaciones.

«Me gustaría expresar el agradecimiento a todo el equipo del aeropuerto, tanto al personal de Aena, como a todas las empresas que prestan servicio en el aeropuerto, que reaccionaron rápidamente, y gracias al trabajo coordinado y en equipo pudimos reactivar la operativa con seguridad y en tiempo récord. También me gustaría agradecer a los bomberos del aeropuerto, así como a los del Ajuntament de Palma por la ayuda prestada, ya que actuaron en diferentes zonas de la infraestructura».