Una paloma picoteando un bocadillo abandonado en el suelo, en Palma | S. Amengual

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El Consell de Mallorca ha declarado la emergencia cinegética temporal para regular las poblaciones de palomas y torcaces ante los daños que provoca su proliferación, con lo que permitirá la caza dentro de cotos varias jornadas desde el 4 de agosto, adelantando el período de la caza en régimen general. Esta medida es «para reducir de forma controlada la plaga y minimizar los perjuicios que suponen estas especies», ha informado el departamento de Medio Ambiente, Medio Rural y Deportes en un comunicado.

El Consell de Mallorca asegura que palomas y torcaces causan daños graves a los sectores agrícola y ganadero y en los núcleos de población, por lo que permitir su caza es «una medida prudente y proporcionada» y que tiene como finalidad reducir de forma controlada la plaga y minimizar los graves perjuicios económicos que representa sobre el cereal, el olivar y el viñedo y en el patrimonio público y arquitectónico. El sector ganadero se ve afettado por acumulación de nidos y heces en sestadores, por el consumo de la comida del ganado y por riesgo sanitario. La resolución, publicada del Servicio de Caza y que publica este sábado el Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB) permitirá la caza dentro de cotos durante un período extraordinario en agosto.

Se declara la emergencia cinegética entre los días 4 y 31 de agosto y se permitirá la caza dentro de cotos, tanto de palomas como de palomas torcaces, los días 4, 8, 11, 15, 18, 22, 25 y 29, enlazando con el período de la caza en régimen general, que en el caso de la torcaz, comienza el 22 de agosto y de la paloma el 1 de septiembre. El período temporal se ha seleccionado combinando considerando las fechas y los terrenos dentro del cual desarrollar el control. El objeto final es mermar las poblaciones de palomas torcaces y palomas, sin causar un gran impacto más allá de la caza tradicional.

El vicepresidente y conseller de Medio Ambiente, Medio Rural y Deportes, Pedro Bestard, ha explicado que «algunas especies de aves se ven desfavorecidas por la urbanización y los cambios agrícolas, mientras que otras saben sacarle provecho, adaptándose a las actividades humanas hasta una proliferación perjudicial para el entorno». «Llegado a este punto se suele hablar de plaga, y ésta es la situación en la que se encuentran en la actualidad palomas y palomas torcaces», ha añadido. El director insular de Caza, Sebastià Perelló, ha explicado que la proliferación de las palomas y torcaces tiene efectos negativos «sobre piscinas, mobiliario y techos de edificios públicos y privados».

Técnicos de conservación del patrimonio público y arquitectónico han hecho un llamamiento ante la degradación que están sufriendo fachadas de edificios de gran valor patrimonial por la corrosión provocada por la acumulación de heces. La proliferación descontrolada de estas especies también afecta a la navegación aeroportuaria, según el Consell, al poner en peligro la seguridad del tráfico aéreo por riesgo de colisión aérea.