Una sesión formativa que la Oficina Balear de la Infancia y la Adolescencia, dirigida por María del Mar Pulido, ha organizado en la sede de la Felib.

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A veces el peligro está más cerca de lo que imaginamos y ponerse en riesgo es más sencillo de lo que parece, especialmente en lo referido a los más pequeños. Un peligro y un riesgo que pueden esconderse tras la máscara de juegos o aplicaciones de entretenimiento pero que pueden esconder un peligroso veneno.

Conocer esos peligros y riesgos ha sido el objetivo de una sesión formativa que la Oficina Balear de la Infancia y la Adolescencia, dirigida por María del Mar Pulido, ha organizado en la sede de la Felib y en la que tomaron parte Rafael Covas Femenia, coordinador autonómico del programa Policía Tutor, y Silvestre del Río, policía, comunicador y formador de la asociación Educando Proteges.

Una sesión organizada bajo el lema «Hacer de la tecnología un espacio seguro» y encuadrada en la «campaña de concienciación del peligro del consumo de pornografía en edades tempranas» y que estuvo dirigida a monitores de ocio y tiempo libre y que puso sobre la mesa lo que es una lacra cuyas cifras no dejan de crecer: los delitos a través del mundo digital y en el que menores y adolescentes son las mayores víctimas.

Los intervinientes desgranaron los aspectos más peligrosos y oscuros de una nueva realidad social marcada por el uso de las nuevas tecnologías en el que el acceso a las mismas a edades cada vez más tempranas suponen un riesgo para los más pequeños cuyos efectos pueden arrastrarse de por vida.

Por eso, uno de los puntos sobre los que más incidieron los expertos es el importante papel que deben jugar los padres (o tutores) a la hora de conocer a qué acceden sus hijos cuando se conectan a internet y la importancia de que esos mayores acudan a las charlas de formación que se ofrecen en los centros escolares.