La doctora Nadiya Popel en una imagen de archivo | Redacción Menorca

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La doctora Nadiya Popel vuelve a copar los titulares de los periódicos. Y es que este este jueves se ha sabido que el hospital donde trabaja, el Mateu Orfila de Menorca, ha abierto un proceso administrativo por «ausencia injustificada» de su trabajo por más de un mes, la cual podría repercutir en su carrera profesional. De todas maneras, esta no es la primera vez que la doctora Popel ha hecho saltar las alarmas, y es que la suya es una larga historia de negacionismo y negligencias médicas que se remonta ya años atrás.

La primera vez que la doctora Popel saltó a la palestra fue en 2021 cuando pertenecía a la plataforma Baleares acción, un grupo que actualmente casi llega a las 4.000 personas en Telegram y que, a través de redes sociales, intentan mostrar a la sociedad su teoría sobre la pandemia del coronavirus, sus dudas sobre las vacunas y sobre las pruebas PCR. Así, Popel, perteneciente al colectivo, se presentó el 30 de julio de 2021 al Hotel Bellver, donde confinaron a más de 150 estudiantes por un posible contagio de COVID-19, para exigir su libertad por una situación que ella consideraba «inhumana». «No soy negacionista, como les gusta decirme, simplemente no me creo a pies juntillas la versión oficial. Diferir molesta», declaró en su momento a este diario.

Y es que, como demostraría más adelante, la doctora Popel no se trata de una médico de familia convencional, pues, como confirmaría el Colegio de Médicos en 2023, la profesional se dedicaba a ofrecer terapias y tratamientos que infringirían «de manera reiterada el Código de Deontología Médica». La institución escuda esta afirmación con diversos casos documentados de la doctora Popel, como ofrecer terapias alternativas contra el cáncer cuando, como médico de familia, no puede tratar, difundir información ambigua o con poco rigor científico sobre las vacunas de AstraZeneca, u ofrecer tratamientos pseudocientíficos como la ozonoterapia para curar el coronavirus. Además, a esta faceta negacionista se le añade otra espiritual y mistica al creer en tratamientos que pretenden «curar con la mente» como el reiki, al fitoterapia y otras medicinas alternativas caseras sin homologar que ofrecía a sus clientes.

De esta manera, fue como en 2023 el Colegio de Médicos expulsó a la médico por «poner en riesgo la seguridad de los pacientes por la utilización de los productos utilizados (lejía, agua oxigenada o disolvente industrial) sin base científica, no autorizados, de origen poco claro (envases con la etiqueta escrita a mano) o elaborados de forma casera como en el caso del llamado 'ormus'. Además, incumple la adecuada vía de administración, la asepsia en los procedimientos y los establecimientos donde realiza los tratamientos tampoco cumplen con las medidas exigidas». Dicha decisión comporta «la prohibición absoluta del ejercicio de la Medicina» así como «la pérdida de los derechos inherentes a la colegiación».

Sin embargo, la doctora recurrió esta inhabilitación en enero de este año y denuncia acoso laboral por parte de la institución. Así, a día de hoy, la doctora Popel sigue trabajando en el Hospital Mateu Orfila a la espera de la resolución final de este conflicto, aunque este proceso administrativo al que se enfrenta no jugará a su favor a la hora de seguir ejerciendo como médico.