Una enfermera entra en Urgencias de Son Espases. | Miquel Àngel Cañellas

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Que el volumen de Urgencias deje a diario a decenas de pacientes sin poder ingresar en planta durante la época estival, ha dejado de ser noticia porque, denuncian los médicos, «la situación se ha cronificado». Sin embargo, pese a que la historia se repite cada año y el problema de falta de personal y de crecimiento de la población flotante no tiene arreglo, el Sindicato Médico exige una mejor planificación.

El doctor Miguel Lázaro, su presidente en Baleares y a nivel nacional, denuncia que las gerencias de Son Espases y Son Llàtzer están priorizando rebajar las listas de espera de las operaciones que, pese a la coyuntura estival, apenas se han reducido, frente a los pacientes de Urgencias. Tras cada intervención se suele requerir el ingreso en planta, por este motivo en verano suelen citarse menos ya que hay que dejar camas libres por si las necesitan los pacientes que llegan por el servicio de emergencia.

«Urgencias hospitalizan a quien toca pero hace falta tener camas y en Son Espases hay 50 cerradas», recuerda Lázaro. Y las que hay disponibles «son para cirugía programada, que es la que le importa a la gerente», acusa refiriéndose a Cristina Granados. En este sentido, «los pacientes tienen derecho al principio bioético, tan importante es un paciente de Urgencias que otro que espera una intervención».

Explica el representante médico sindical que lo que pasa en Urgencias «es muy importante dentro de un hospital y repercute en otros servicios como la UCI o Medicina Interna». Por este motivo, «si se cronifica una mala calidad asistencial hay que cambiar la gestión y tomar decisiones», advierte. Sin embargo, el doctor Lázaro acusa a Granados de no dejarse ver en tres meses por el servicio de Urgencias de Son Espases donde «la imagen hiere la retina porque gran parte de los pacientes son mayores».

Durante la jornada de este miércoles llegaron a acumularse hasta 76 pacientes pendientes de ingreso, uno de ellos llevaba más de 100 horas en esta situación. «Hay que agradecer al colectivo médico que no se ha cogido vacaciones en verano porque ven que la situación es de necesidad». A los motivos que llevan a la ya tradicional saturación estival, este año hay que sumarles que no se han incorporado los Médicos Internos Residentes (MIR) de último curso que habitualmente entran en mayo y ayudan a reforzar los servicios. Tras formarse cuatro años, esta promoción lo hará en octubre ya que se iniciaron ese mismo mes de 2020 debido al confinamiento.

Las Urgencias saturadas alteran la confortabilidad del paciente que no tiene una cama en una habitación; pese a la atención profesional afecta también a la humanización del enfermo y por último a su seguridad, pues su manejo no se hace igual en estas situaciones.