Los manifestantes muestran una pancarta en Es Born. | Pilar Pellicer

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En plena temporada turística, con el centro de Palma lleno de veraneantes, miles de personas han salido este domingo a manifestarse, a reclamar a los gobernantes de las Islas un cambio de modelo económico, social y ambiental; un giro de timón que pasa por buscar soluciones más profundas, y así lo han explicado los organizadores de la movilización. El manifiesto, que han leído al final de la protesta, asegura que «el origen de los conflictos sociales, territoriales y ambientales que vivimos es un modelo económico basado en el monocultivo intensivo turístico que destruye el territorio, explota y precariza el trabajo de quien lo sostiene, enriquece a la clase empresarial, genera desigualdades, expolia los recursos naturales, y mercantiliza y especula con los bienes comunes y servicios de primera necesidad, como es el caso flagrante del drama actual de la vivienda, que se ha convertido en una mercancía al servicio del negocio turístico».

Basándose en ello, para ese cambio de rumbo que tanto se ha oído en las calles este domingo, proponen catorce puntos básicos:

1. La vivienda, derecho garantizado. Implantar medidas reales para sacar la vivienda del mercado y que todo el mundo pueda acceder: por ejemplo, regular la compra-venta de vivienda a no residentes, estableciendo requisitos como un tiempo mínimo de residencia; políticas activas de incremento del parque público de vivienda apostando por la rehabilitación y/o cambios de usos en contextos de planificación y reconversión urbanísticas; promoción de vivienda asequible con promotores sociales y cooperativos.

2. Inversiones suficientes de dinero público en ampliación de infraestructuras ni aeropuertos, ni puertos, ni carreteras, ni desaladoras…

3. Decrecimiento del número de vuelos, prohibición de los jets privados y moratoria de cruceros, restricciones a la navegación recreativa y limitar el exceso de embarcaciones en el litoral, tanto la navegación como los amarres.

4. No a la hipermercantilización de la costa, saturada de juguetes náuticos, hamacas, sombrillas y abusos del dominio público marítimo-terrestre.

5. Mejorar y garantizar el acceso a todos los servicios públicos: la sanidad, la educación, el transporte público, los servicios sociales… Es necesario revertir definitivamente los recortes y recuperar la inversión de acuerdo con el crecimiento poblacional habido. Ante los retos demográficos que enfrentamos, sólo la inversión pública de los servicios sociales, la sanidad, la educación y el transporte público puede asegurar una vida digna por todos, sin exclusiones.

6. Moratoria definitiva de nuevas plazas turísticas, ni en hoteles ni de alquiler vacacional. Ni una cama más, ni una casa menos.

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7. Eliminar y/o reconvertir plazas hoteleras amortizadas en interés del bien común.

8. Ni un dinero ni recurso público más para promoción turística. Ni ferias turísticas, ni alargar temporada, ni diversificar los productos turísticos. Decrecimiento.

9. Limitar la entrada de vehículos y establecer un máximo de vehículos de alquiler en circulación, además de aplicar una tasa de circulación autonómica que revierta en la mejora del transporte público.

10.Aumentar la red de espacios naturales y limitar el acceso a lugares vulnerables o altamente masificados.

11. Desclasificar las bolsas de suelo urbanizable para nuevos crecimientos especulativos, apostando por la reconversión y rehabilitación urbanas.

12.Una moratoria de licencias para nuevas actividades impropias del suelo rústico mientras no exista un planeamiento claro, como es el caso de viviendas y fotovoltaicas.

13.Defender la sostenibilidad lingüística y cultural. Reclamamos que se lleven a término las actuaciones necesarias para garantizar la plenitud y la continuidad futura de la lengua y la cultura propias.

14.Es necesario poner los beneficios de la industria turística al servicio de la mayoría social, de la regeneración del territorio y de la reducción del impacto nocivo del turismo. Ahora mismo, una gran parte de los beneficios que genera el turismo salen fuera de la isla, ya sea porque están en manos de grandes empresas de capital extranjero y fondos de inversión o porque la recaudación de tasas o impuestos se realiza desde el estado y no vuelven a nuestras islas. Es necesario aplicar medidas fiscales impositivas a la industria, y hacer políticas de recuperación de soberanía a fin de que los beneficios económicos puedan revertir, por un lado, a cambiar de modelo, y por otro, a contribuir a arreglar los problemas que el turismo actualmente genera.