Sánchez y Prohens en el Consolat. | Teresa Ayuga

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La cara de Marga Prohens a las puertas del Consolat de la Mar, seria como nunca, fue la antesala de lo que se vivió después dentro, una reunión que comenzó muy tensa y que terminó relajándose poco a poco conforme avanzaba la conversación. La tensión fue de más a menos, así que igual la solución es que ambos se vean más y se lancen menos ataques a través de los medios de comunicación. El roce hace el cariño y la presidenta entró con cara de circunstancias y salió algo más relajada de su primer encuentro con Sánchez.

Se noto en la moderación con la que la presidenta detalló el contenido del encuentro, una rueda de prensa que se esperaba de extrema dureza y que terminó siendo mucho más contenida. En cualquier caso, un mero espejismo de cordialidad. La reunión fue menos tensa de lo esperado, pero los dos gobiernos se preparan para el choque de trenes porque los que les separa es mucho y muy importante. La batalla por la financiación será la clave, pero no será la única. Pese a los intentos por comparar a Marga Prohens con José Ramón Bauzá, la realidad es que en algunos aspectos se parece a Jaume Matas y en otros a Gabriel Cañellas, pero es que se parece a los dos en una cuestión clave: triunfaron por oposición a sus respectivos alter egos presidenciales en el Gobierno: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, el primer presidente que, por cierto, pisó el Consolat de la Mar para cenar con Jaume Matas un sábado que estaba en Palma. Por cierto, Prohens recibió a Sánchez con cara adusta, pero Matas celebró una reunión con Zapatero en la base aérea de Son Sant Joan a la que fue sin calcetines como muestra de rechazo a esa mínima entrevista.

El choque entre Prohens y Sánchez es inevitable porque les interesa a ambos políticamente hablando. Será muy complicado que se llegue a algún acuerdo porque ambos llevan inoculado el gen del conflicto y no parará mientras la agenda política española sea un auténtico polvorín. El problema es que ese choque de trenes que se está fraguando lo pagarán los ciudadanos de Balears, víctima colateral de una guerra que ni les va ni les viene. La conclusión de lo que se vio ayer en Palma es que valdría la pena que los políticos rivales se vean más y dejen de escuchar los cantos de sirena de los hooligans de las redes sociales. La próxima fotografía de Prohens y Sánchez se verá dentro de un mes, en la anunciada Conferencia de Presidentes que se celebrará en Cantabria. Habrá que estar atentos a ver si el rictus de Prohens está más relajado y, ya de paso, comprobar si las buenas palabras de este martes de Sánchez se traducen en hechos beneficiosos y positivos para los ciudadanos de Baleares. Que se vean y hablen a ver si del choque pasamos al diálogo. Difícil parece.