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La Marxa des Güell a Lluc a Peu alcanza cincuenta ediciones. Declarada como Actividad de Interés Público Municipal por el Ajuntament de Palma, la tradicional caminata popular se celebrará en la madrugada del domingo 4 de agosto. Más de 4.500 marxaires se han reunido esta noche en la Plaça Güell, en Palma, alrededor de las 23.00 horas.

«Estamos muy satisfechos con el apoyo de la sociedad y las autoridades, además de agradecidos con la colaboración de la junta directiva y los voluntarios, el alma del Grup Güell», ha dicho, emocionado, el persidente del Grup Güell, Francisco Bauzà. Con el sol casi a punto de caer, los primeros en llegar a la plaza lo hicieron sobre las 20.30 horas con el ánimo a flor de piel, ya que les espera por delante 48 km a pie hasta llegar a la meta final.

Como novedad, para reforzar la seguridad, este año el último tramo discurrirá por el Camí Vell de Lluc, que desemboca en sa Font Coberta. Además, la organización instó a la Direcció Insular de Turisme del Consell de Mallorca a lanzar una campaña en los hoteles de la Isla para que inviten a los turistas a participar en la caminata.

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Muchos grupos de amigos no quisieron faltar a este evento. Foto: Emilio Queirolo

Este año, se esperaba un fuerte número de participantes: «La edición, sin duda, ha roto moldes», espetó. Lo cierto es que este año ha superado con creces a los anteriores. Según Francisco Bauzà, ha habido un incremento del 30 % de inscritos. Y por primera vez, la presidenta del Govern, Marga Prohens; el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés; y el alcalde de Palma, Jaime Martínez, acudieron de noche a la plaza Güell para cortar la cinta de salida.

Hasta llegar a las 23.00 horas, la plaza se empezaba a llenar de un buen ambiente. Para amenizar la ansiosa salida, a las 19.30 horas Madò Pereta animó a los asistentes con su xou de lo más divertido. Luego vino el momento de la zumba y, a continuación, boleros. Este año, la Dj Paquita volvió a encargarse del toque final con su música más animada.

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En esta especial edición, el pistoletazo de salida ha sido a cargo de Adrián Cozar, un joven de la organización de 36 años con discapacidad quien ha asegurado estar «muy emocionado». Por su parte, las autoridades alentaron a los marxaires obsequiándoles con unas palabras que reivindican el espíritu de superación de la marxa.

Tras los breves parlamentos, los participantes se colocaron en la línea de salida y, tras el protocolario corte de cinta se dio por comenzada la prueba. A las 23.00 horas, con la sonrisa dibujada en el rostro y algo de calor, rebajada por la ilusión, comenzó un peregrinar que atraviesa las entrañas de la Isla hasta coronar la cima de Lluc.

Esta experiencia requiere de un equipamiento específico. La mayoría ha optado por ropa y calzado cómodos –incluso algunos llevaron de repuesto en sus mochilas–, agua en cantidad y la moral inquebrantable de un espartano. A todo esto, los participantes lucen un pañuelo rojo obsequio del RCD Mallorca.

Otros no quisieron perderse esta experiencia sin lucir ropa graciosa, ingeniosa o a conjunto con su grupo de amigos. Pero, sin duda, tampoco han fallado, una edición más, los que han dejado las deportivas en sus casas para acudir con chancletas. Los animales fueron otros de los participantes. A lo largo del itinerario están disponibles los equipos de emergencia y puntos médicos y de avituallamiento.