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Había expectación en el Coliseo Balear ante la corrida nocturna zapatista que sirvió este jueves por la noche para celebrar el 95 aniversario de la plaza de toros palmesana, iluminada con los murales coloristas diseñados por el artista Domingo Zapata en los burladeros y las tablas del callejón. Los trazos originales y coloristas del pintor también decoraron los trajes de los tres toreros con su característico estilo.

Aprovechando que las altas temperaturas dieron un poco de tregua al ponerse el sol, muchos aficionados acudieron al recinto, especialmente gente joven, veinteañeros. En el exterior se concentraban algunos manifestantes antitaurinos. Dentro, algunas caras conocidas y varios políticos.

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Las cuadrillas de los diestros, al inicio del festejo del 95 aniversario de Coliseo Balear.

Tras la aparición del impulsor de este evento, salió al ruedo el francés Sebastián Castella, de blanco y oro, que abrió el festejo con el capote bajo para sus primeros pases. Las primeras ovaciones las recogió por su media verónica, la verónica entera y la chicuelina con la que cerró su primera actuación con una estocada limpia. Tras la pañolada del respetable, el presidente concedió una oreja. Ovación.

Ya retiraban el cuerpo del bravo y todavía entraba gente en el Coliseo, que estuvo como siempre animado por la banda. En el tendido se escuchaban las clásicas discusiones a gritos desde diferentes puntos de la plaza, mientras el olor a puro y calor sofocante levantaban los abanicos, también entre el público masculino. Como nota curiosa adherida a la actualidad, hubo asistentes que lucieron una máscara de Carles Puigdemont y gritaron «¡Puigdemont, a prisión!».

José María Manzanares salió de lima y azabache, con buenos pases, pero falló a la hora de matar a su primer astado, un toro enérgico. Se fue de vacío.

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El joven peruano Andrés Roca Rey, el torero de moda, salió en tercer lugar de blanco y oro y supo sacarle jugo a un toro difícil. Un espontáneo le cantó a capela, provocando el asombro del público. Al finalizar su primera actuación, logró una oreja tras la pañolada general.

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La pañolada general.

Riesgo y elegancia a partes iguales en el segundo bravo que enfrentó Castella en una actuación sobresaliente, la mejor de la velada. Obtuvo una oreja tras una faena eficaz, aunque merecía más. Manzanares alegó un toro flojo sacándole partido al jugar con los naturales y terminando con una estocada limpia, por la que obtuvo una oreja.

La última faena para Roca Rey resultó algo decepcionante. Se fue de vacío, aunque el público quiso premiarle con una ovación. Al finalizar el festejo, su propulsor, Domingo Zapata, salió a hombros en un ambiente divertido, típico de una noche de verano.

Denuncian pintadas en la plaza de toros

Por la mañana, las taquillas del Coliseo Balear amanecieron con pintadas que por la tarde fueron eliminadas. «Asesinos», se podía leer en un grafiti de la fachada, donde había marcas entre las ventanas y en la parte inferior. Con la misma pintura roja, se intentó tachar el letrero que indica «Sombra: Entradas y localidades».

Los vecinos de la zona denunciaron el acto de «vandalismo» en la emblemática edificación. «Eso no se debe de permitir», dijo un vecino. Asimismo, señaló que se trata de una actividad autorizada y legal, que está sufriendo un «boicot» por parte de un grupo anónimo de antitaurinos. En el lado derecho de la plaza también se leía: «Domingo payaso», en referencia al artista Domingo Zapata, quien se ha encargado de diseñar los trajes de luces que lucieron los toreros.

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Poco antes del inicio de la corrida, como ya es habitual, un grupo de antitaurinos se manifestó ante el Coliseo, con pancartas, que fueron controlados por la policía.