Durante la protesta se ha podido ver la pancarta que les caracteriza donde se lee 'Ocupem les nostres platges' | Jaume Morey

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Un centenar de activistas se han concentrado este domingo en el balneario 6 de la Platja de Palma, el corazón del turismo alemán, para protestar contra el turismo masivo y contra los efectos negativos de esta actividad económica, como la subida de los precios en al vivienda o los problemas de movilidad en la isla. El centenar de activistas ha colocado sus toallas en la playa y poco después se han dado un baño y han mostrado la pancarta que les caracteriza donde se lee 'Ocupem les nostres platges'.

La protesta ha transcurrido sin incidentes y en un ambiente festivo, al ritmo de xeremies y con gritos de 'Qui estima Mallorca no la destrueix'. Los turistas asistían sorprendidos a la protesta y no terminaban de entender qué pasaba, rodeados de activistas y de representante de los medios de comunicación, algunos de ellos extranjeros. Dos furgones de la Policía Nacional estaban en la zona en previsión de posibles incidentes, que no llegaron a producirse. Un helicóptero de la Policía sobrevoló la zona en un par de ocasiones. A diferencia de lo que pasó en el Caló des Moro, los agentes no han identificado a los asistentes a la protesta ya que, en esta ocasión, había solicitado permiso a la Delegación del Gobierno.

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El único momento de tensión se ha vivido cuando una mujer de Palma se ha dirigido a un par de jóvenes para recriminarles la protesta. «Eso se lo tenéis que decir a un ministro, no aquí», les ha dicho. «Esto hace que los turistas se vayan», ha añadido. Los jóvenes le han contestado que Baleares tiene enormes problemas derivados de la masificación turística, como el acceso a la vivienda o los problemas de movilidad pata los residentes.

Una de las manifestantes ha explicado que han elegido la Platja de Palma como símbolo de una Mallorca masificada hacer la protesta en el Balneario 6 y ha destacado que la idea que recuperar las playas no es más que un símbolo que representa la gran masificación y los problemas de vivienda derivados de esta actividad. « No estamos en contra de los visitantes, tienen el mismo derecho que nosotros a disfrutar de nuestras playas, pero queremos un cambio de modelo», ha dicho. Sobre las posibles molestias a los turistas ha dicho que lo lamentan: «A veces el activismo es molesto». «El sistema actual necesita voces que hagan ruido y, si se plantean más actuaciones, allí estaremos», ha dicho.

Los turistas han observado atónitos la protesta y la mayor parte de ellos desconocía qué estaba pasando, pero algunos de ellos han optado por mover sus toallas a cierta distancia para evitar cualquier posible problema. La policía ha permanecido toda la mañana en la zona en previsión de posibles disturbios, que no han tenido lugar. Los manifestantes han conectado por internet con un grupo de activistas que realizaba una protesta similar en Ibiza en la playa de Ses Salines.