Imagen de la parada de taxis de la terminal de llegadas del aeropuerto de Son Sant Joan. | Jaume Morey

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El convenio entre los ayuntamientos de Calvià y Palma para intentar agilizar el servicio de taxi entre ambos municipios, como plan piloto entre el 1 de agosto y el 30 de septiembre, a través del cual los vehículos podrán recoger a usuarios fuera de su zona de cobertura, siempre y cuando se haga en puntos de recogida habilitados -paradas- y en momentos en los que haya alta demanda, se ha convertido en punto de desencuentro e incluso tensiones entre los profesionales del sector.

Tanto es que se han reportado incluso agresiones, amenazas verbales y actos contra taxis como la rotura de un retrovisor o en pinchazo de ruedas. «Se está creando ansiedad en algunos casos», aseguran profesionales del taxi contactados por Última Hora, que reconocen que hay compañeros «que ya no quieren cargar en Calvià para ahorrarse problemas. Si se te olvida apagar la luz de libre yendo por allí, puedes tener un problema o te denuncian», añaden.

Mientras la Agrupación Empresarial de Taxis de Baleares reclama a Cort y Calvià que pongan fin a este convenio para evitar esos enfrentamientos, exponiendo que el 70% de sus integrantes lo califica de «fracaso», mientras que varios profesionales hablan de un «acuerdo histórico pero a la vez ultrarestrictivo, con una mala elección del procedimiento», remarcando el grueso del colectivo que toda esta situación tiene una parte favorecida: Uber. «Sólo les beneficia a ellos. Campan a sus anchas, cargan a mano alzada, les es igual el municipio que sea... y nosotros, regulados a más no poder», lamentan.

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El Ajuntament de Calvià, de hecho, ha detectado este tipo de conductas al margen del convenio, de la misma manera que en Palma, advirtiendo de posibles sanciones, toda vez que la recogida de pasajeros fuera del municipio en el que tiene licencia el vehículo sólo puede realizarse en puntos habilitados a tal efecto y siempre que coincidan con el trayecto de regreso.

Por su parte, Gabriel Moragues, presidente de la Asociación de Taxis-PIMEM, la de mayor calado e implantación en Mallorca y el resto de islas, asegura con rotundidad al respecto que «hay gente que no prioriza el servicio al ciudadano y pretende o quiere que fracase el convenio entre Palma y Calvià». Y asegura que el incumplimiento del convenio «es por ambas partes, se lo saltan en los dos municipios», uniéndose al sentir del sector al señalar que esta problemática generada por esta iniciativa entre Palma y Calvià beneficia sobremanera a Uber. «Hacen lo que quieren y seguirán así», añade.

Moragues tiene constancia de enfrentamientos verbales, «no así de agresiones», además de daños materiales, y espera que no vayan a más esos episodios de tensión. «La prioridad es sacar adelante el trabajo y servir al cliente, ser eficientes porque la imagen de Mallorca también pasa por ofrecer este servicio de forma seria y responsable», continúa el histórico dirigente del colectivo, inmerso en un momento de tensión tras darse forma a lo que parecía un convenio llamado a agilizar su actividad.

Si el Ajuntament de Calvià ya dejó claro que iba a sancionar el incumplimiento de la normativa y el convenio en su municipio, a esta línea se ha sumado Cort. Y es que el teniente de alcalde de Mobilitat, Toni Deudero, ha informado que su área está en contacto constante y directo con la Policía Local para supervisar su correcta aplicación dentro de su ámbito de competencias, y advierten que el Ajuntament de Palma sancionará a los taxistas que no lo apliquen como corresponde. Esa colaboración lo es también con el consistorio 'calvianer', asegurando que ambas instituciones serán «contundentes con los comportamientos que vulneren el convenio», dijo Deudero.