Joan Bonet, creador y desarrollador de videojuegos de 'Siurell Games'. | R.D.

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No es extraño que, los hobbies que teníamos de pequeños, finalmente se materialicen en algo más profesional y refinado en un futuro, o si no que se lo digan a Joan Bonet, que ha transformado su pasión en un estudio de juegos indie que va desde crear uno de los primeros títulos españoles potenciado con Chat GPT hasta trabajar en un videojuego para móviles que piensa localizar en catalán balear.

Desde muy pequeño, ya era aficionado a un pasatiempo que a día de hoy se ha convertido en una de las maneras más populares que tiene la gente para matar el tiempo: los videojuegos. «Como la mayoría de jóvenes comencé a interesarme en los juegos. Mi hermana mayor comenzó conmigo. Ella lo dejó, pero yo seguí» explica entre risas.

Ya más adelante, durante su adolescencia, se fue dando cuenta de un hecho que le hizo replantearse su hobbie por completo: la autoría en los videojuegos. «Hubo un momento en que me di cuenta que los juegos que me gustaban los hacía gente, y le pude ponerles cara. Y en ese instante fue cuando me dije ‘ostras, esto se puede hacer'». De hecho, desde bien pequeño, ya comenzaba a ‘trastear' de forma amateur con el programa Flash, uno de los más sencillos para crear videojuegos. Sin embargo, esa pasión que había desarrollado la fue dejando un poco de lado y se metió a estudiar un ciclo formativo en Informática: «Al principio me metí en la carrera pero no me fue muy bien, y finalmente me metí en una Formación Profesional».

No obstante, poco sabía que este camino que escogía, el cual no fue nada influido por su pasión por los videojuegos, le llevara de forma accidental y, como él mismo ha señalado, de «pura casualidad» a una empresa en Palma que se dedicaba a desarrollar videojuegos. «Tras completar el grado, en 2012, me metí a trabajar en PlaySpace, una de las pocas empresas de videojuegos de Baleares. En ese momento estaban haciendo juegos para Facebook y Tuenti, los llamados ‘juegos sociales', pero enfocados al público español, como el chinchón o el parchís. Sin darme cuenta, mi primer trabajo dio la casualidad que era sobre videojuegos».

Sin embargo, debido a una reducción de personal en 2014, Bonet se tuvo que ir de la empresa y, en los siguientes seis años, a pesar de que iba diseñando sus propios títulos de manera amateur en su casa, no ejerció como programador de videojuegos de manera profesional. Sin embargo, en 2020, llegó u evento inesperado que cambió la vida a mucha gente, incluyendo a él mismo: la pandemia. «Durante los años siguientes comencé a hacer cursos y a descubrir motores para hacer videojuegos, ya que tras mi experiencia en PlaySpace se me quedó esa espinita de dedicarme a ello. Sin embargo, cuando llegó la pandemia, me planteé llevar ese hobbie al siguiente nivel. Por suerte no me quedé sin trabajo pero sí que comencé a tener mucho tiempo libre. Quizás allí fue cuando me comprometí a dejar de ir saltando entre proyectos fallidos y crear algo más consistente y duradero en el tiempo».

De esta manera, Bonet inicia una nueva etapa de dos años donde comienza a plantearse de forma más seria la creación de videojuegos indie y empieza a diseñar videojuegos más sólidos, más pensados y, lo más importante, que tengan un principio y un final. Así, con ya varios títulos bastante avanzados y con ganas de dar a conocer su trabajo, finalmente nace su marca personal: Siurell Games. «Hace dos años decidí que debía comenzar a publicitarme. Estaba pensando nombres que puedan representar un poco mi tierra y al final me dieron la idea de Siurell. La mayoría de personas quizás no sepan ni pronunciarlo, pero cualquiera que sea de Mallorca seguro que entiende la referencia y dirá: esta persona es de aquí'».

Logotipo del proyecto

Cabe resaltar que, desde la fundación de la marca hasta el día de hoy, Bonet trabaja en sus títulos totalmente solo, a excepción de ciertas colaboraciones en el apartado estético de algunos de sus videojuegos. Sin embargo, en todos y cada uno de ellos, el diseño, la programación y la idea corren totalmente de su cuenta. «Cuando lo ves desde fuera parece muy complicado, pero yo cuando comencé me parecía muy fácil. Cabe notar que yo ya llevaba casi diez años de experiencia como programador. Para mí lo más complicado es la constancia, ya que al principio sueles empezar con un sprint que te puede durar uno o dos meses pero en cuanto llegan las fases complicadas del desarrollo te desinflas muy rápido. El verdadero desafío del indie reside saber ser constante y no saltar al siguiente proyecto a la mínima dificultad».

SpaceCats Odyssey, el primer juego acabado

«Fue precisamente en esas fechas cuando me di cuenta de la gran comunidad indie que se ha formado alrededor de España. Literalmente pasé de pensar que estaba solo en mi habitación a conocer que existe un vasto mundo de desarrolladores que están dispuestos a ayudarse unos a otros». Así se expresa Bonet al hablar sobre la fraternidad y los lazos que unen la comunidad indie española de videojuegos, la cual se hace notar especialmente en las ferias y concursos de programación que se celebran en todo el país con cierta asiduidad. De hecho, fue en una de estas convenciones donde nació el primer juego de Siurell Games: SpaceCats Odyssey.

«Justo en septiembre de 2023 pude ir el Indie Dev Day en Cataluña donde muchísimos desarrolladores enseñan su trabajo para que la gente pueda probarlos y dar un feedback. Solo fui un día, pero la motivación con la que salí de ahí fue brutal. Ahí vi que gente con juegos con mucho menos desarrollo que los míos y supe que ya era momento de intentar dar visibilidad a mis proyectos». De hecho, su oportunidad llegó apenas una semana después en la Indie Spain Jam, un concurso estatal muy reconocido en la que a los participantes se le da una semana para desarrollar un videojuego de una temática concreta.

Menú de inicio de SpaceCats Odyssey

«El tema que me tocó trabajar fue ‘Cae la noche'. Tras un tiempo pensando fue como al final salió SpaceCats Odyssey, que va sobre unos gatos espaciales que aterrizan de emergencia en un planeta y tiene que recoger recursos para reparar la nave. Para que se relacionara con el tema, durante la noche las condiciones se recrudecen, añadiendo dificultad al juego». Cabe resaltar que, según Bonet, es muy habitual hacer equipos con personas que no conoces para acelerar el desarrollo del videojuego, pero él lo hizo en solitario, lo cual fue un verdadero reto. «Pasé el fin de semana sin dormir, pero al final valió la pena porque en una semana aprendí conocimientos que me hubiera llevado dos años comprender. Se puede decir que SpaceCats Odyssey fue mi primer juego acabado, es decir, que es ‘jugable' y tiene un principio y un final». En ese sentido, Bonet ha querido agradecer a Cristina Ramírez que fue quien se encargó de realizar el arte 2D del juego: «Es lo que le ha dado toda la personalidad al título», comenta.

The Board AI: una época para experimentar

Aunque, oficialmente, SpaceCats Odyssey es el primer juego de Siurell Games, irónicamente se trata del título más reciente en cuanto a su conceptualización. Y es que, a mediados de junio, ya comenzaba a planear el que sería su segundo videojuego: The Board AI. «Era verano y en ese momento en mi trabajo estaba muy interesado en la inteligencia artificial. Hice cursos, investigué sobre el tema y me di cuenta que podría usarla para hacer un videojuego tras trastear un poco con Chat GPT».

Como el propio Bonet señala, The Board AI se trata de un videojuego potenciado con Chat GPT que, con una ouija virtual como catalizador, el jugador interactuará con un fantasma para saber sus intenciones. Si es bueno, tendrá que buscar la forma para ascenderlo y liberarlo, y si es malo tendrá que mantenerlo alejado. La particularidad del juego es que Chat GPT es el programa que se encarga de ejecutar los diálogos de los fantasmas, lo cual resulta en historias tremendamente realistas e inmersivas que incluso hacen referencia a acontecimientos o lugares reales. «Sabía que sería un juego muy bueno para Halloween porque muchas personas juegan a juegos de terror en esa época. Tan solo necesité un día para hacer que funcionara, el resto del tiempo lo gasté en pulirlo». Cabe notar que Bonet se trata de uno de los primeros desarrolladores de videojuegos de España que empela Chat GPT para crear un título.

Interfaz de The Board AI

«Yo quise hacer la experiencia más realista posible. Al final, hablar con Chat GPT es casi igual que hablar con un fantasma, porque no sabes qué hay detrás. Al final, con esta inteligencia artificial he conseguido a hacer un juego tan impredecible en su historia equivalente a un equipo infinito de guionistas que están escribiendo de forma constante». Y es que poco sabía que esta idea le llevaría a salir en grandes pantallas como la del Rubius, el famoso streamer que jugó a su juego el pasado Marzo ante varios miles de personas: «Hubo un pequeño boom de descargas durante ese tiempo. Fue un momento muy bueno porque me di a conocer y desde ese momento he mantenido un periodo de descargas constantes hasta el día de hoy».

Towny Bar, un proyecto con mucha raíz

Por último, Bonet ha anunciado que está en proceso de realizar uno de los videojuegos de su vida que lleva pensando durante varios años: Towny Bar. En esta ocasión, Siurell Games da el salto a juegos para móvil en un juego que se basa en gestionar un bar en un pueblo rural. «Llevo pensando en este juego desde antes de que me iniciara en este proyecto. Mi intención es sacarlo gratis en uno o dos meses para todos los móviles».

Menú de incio de Towny Bar

La particularidad de este juego es que, por primera vez en la historia, Bonet piensa dar la opción de jugarlo en catalán balear, es decir, empleando expresiones y formas propias de las islas, concretamente del mallorquín, algo que él mismo ha calificado todo un reto desde el punto de vista lingüístico: «Al final quiero llevar a mi tierra conmigo, y al final es mi lengua, no me cuesta meterla en el juego. Lo que más me está costando es meter el article salat, porque claro yo estoy muy acostumbrado a hablarlo, pero escribirlo es otra cosa y he tenido que aprender las reglas para hacer una buena traducción sin faltas».

Al final del día, a pesar de que todavía compagina su trabajo de programador con su propia marca de desarrollo de videojuegos, su sueño es dedicarse completamente a Siurell Games, una pasión que ya lleva cultivando por más de una década: «Es muy complicado dedicarse a ello, pero la verdad es que sería un sueño. Muy pocas personas se dedican a esto en Baleares, y aunque no lo consigue, no creo que nunca deje de lado Siurell Games».