Las mujeres mueren más de calor que los hombres. | Chema Moya

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El calor se ha cobrado en Baleares este verano la vida de 190 personas y en el conjunto de España de 9.536, y aún no ha finalizado, según la aplicación web denominada Mortalidad Atribuible por Calor en España (MACE), que ha sido elaborada por un equipo científico del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), la Universidad de Valencia (UV) y la Fundación para la Investigación del Clima (FIC). Ante esta situación, cabe preguntarse por qué se muere tanta gente por calor.

El experto en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, responde que «la alarma surge cuando la temperatura corporal supera los 40º. A partir de este momento, distintos procesos fisiológicos del organismo se alteran y se produce una inflamación acompañada de un brote de enzimas que interfiere el funcionamiento regular de los órganos vitales. Una vez empezado, es difícil de revertir. Los primeros síntomas son dolor de cabeza, confusión y aturdimiento y van escalando hasta la pérdida de conciencia, convulsiones y el fallo cardíaco».

Añade que «aunque el cuerpo normalmente se enfría mediante el sudor, cuando el calor es extremo, puede que no sea suficiente. En estos casos, la temperatura del cuerpo aumenta más rápido de lo que el cuerpo puede enfriarse. Esto puede causar daño al cerebro y a otros órganos vitales». En este punto, añade que «muchas personas de salud frágil mueren en verano sin que se tenga conciencia de que el factor que ha desencadenado la muerte es el calor. Es evidente que las medidas actuales para proteger a la población de las altas temperaturas son insuficientes». Por ello, insta a realizar planes ante la emergencia climática.

Las mujeres mueren más

March precisa que «las mujeres sufren un 15 % más mortalidad por calor que los hombres, especialmente a partir de los 80 años». Esto es consecuencia de varios factores, uno de ellos es que las féminas viven más años y también suelen hacerlo más en solitario. Otro es que «tienen menor capacidad para producir sudor que los varones; esto es un factor muy determinante de la diferencia de sexos ante las olas de calor. En términos generales, la gente mayor suda la mitad que la gente joven y las mujeres, la mitad que los hombres». Otra posible causa tiene su raíz en el sistema cardiovascular, ya que la presión arterial es mayor en las mujeres a partir de la menopausia, y eso podría explicar potencialmente la mortalidad más alta en episodios de calor.

Las altas temperaturas también se ceban más con las personas con bajos ingresos, ya que estos tienen menos recursos para aclimatar sus viviendas, pueden tener trabajos más expuestos al calor durante periodos prolongados de tiempo, su alimentación suele ser peor y las zonas desfavorecidas se ven más expuestas a las partículas contaminantes de los incendios forestales.

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Cambio climático

El citado especialista subraya que «una de cada tres muertes actuales relacionadas con el calor también lo está con el cambio climático inducido por el hombre. La exposición al calor plantea una gran amenaza para las poblaciones de alto riesgo al contribuir sustancialmente al aumento de la mortalidad y la morbilidad». En relación a este asunto, señala que «la mortalidad vinculada a las altas temperaturas ha sido una preocupación importante desde el verano de 2003, cuando Europa experimentó una ola de calor, lo que provocó un exceso de más de 70.000 muertes durante los meses de verano, con 3.166 de ellas ocurrieron en España».

Teniendo en cuenta este panorama, insiste en habilitar sistemas de alerta temprana de salud por calor y destaca «el desarrollo de herramientas innovadoras, como el MACE». A su modo de ver, «el monitoreo y pronóstico en tiempo real de los impactos del calor en la salud se vuelve esencial para intervenciones de salud pública y estrategias de asignación de recursos efectivas».

Además, sostiene que la aplicación MACE «podría extenderse a un sistema de alerta temprana para predecir la mortalidad atribuible al calor, en función de los pronósticos de temperatura. Esto facilitaría la toma de decisiones basada en evidencia para las intervenciones de salud pública y la asignación de recursos, con el objetivo de minimizar el impacto adverso actual del calor».

Más muertes

March resalta la necesidad de tomarse en serio este asunto, ya que los países del sur de Europa son los registran más muertes por el calor. La combinación de altas temperaturas y elevada humedad relativa relativa que se da en la costa es letal para la salud; Baleares sufre importantes niveles de humedad. Los expertos avanzan que para 2050, más del 23 % de la población mundial mayor de 69 años vivirá en climas con una exposición aguda al calor superior al umbral crítico de 37,5º, frente al 14 % en 2020.

«Es probable que las zonas con poblaciones envejecidas y una creciente exposición al calor se enfrenten a considerables demandas de servicios sociales y sanitarios, lo que requerirá intervenciones políticas novedosas», advierte el mencionado experto.