Las olas de calor cada vez son más frecuentes. | M. À. Cañellas

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Los expertos estiman que unas 190 personas han muerto por calor en Baleares este verano. Así lo pone de manifiesto la aplicación web denominada Mortalidad Atribuible por Calor en España (MACE), que ha sido elaborada por un equipo científico del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), la Universidad de Valencia (UV) y la Fundación para la Investigación del Clima (FIC). Dominic Royé, uno de los autores del proyecto y responsable del Ciencias de Datos FIC, explica que estas cifras están elaboradas con datos oficiales del sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MOMO) y de las temperaturas registradas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Sin lugar a dudas, el calor causa efectos devastadores para la salud, hasta el punto de llegar a provocar o anticipar la muerte. Sin embargo, oficialmente sólo aparecen reconocidas por esta causa los golpes de calor. La gran mayoría de las motivadas por las altas temperaturas no están acreditadas como tales porque es prácticamente imposible que un médico lo certifique. El MOMO hace una estimación de los decesos que se han producido por las altas temperaturas, pero se basa en el exceso de mortalidad, según explican desde el Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Sanidad). En lo que va de año en las Islas señalan que se han producido 19; mientras que en 2023 no reconoce ninguna.

Royé precisa que «en MACE aplicamos un modelo estadístico del estado de arte (conocimiento científico actual), ampliamente usado en estudios de salud ambiental». En este sentido, argumenta que se consideran aspectos como tener patologías previas, casas sin aire acondicionado, exposiciones prolongadas a altas temperaturas, etc. Este investigador destaca la importancia de tener en cuenta los óbitos por calor, ya que «la adaptación social al aumento de las temperaturas ha desempeñado un papel crucial en la prevención de la mortalidad en España, pero sigue siendo insuficiente. Sobre todo si tenemos en cuenta que 1 de cada 5 muertes relacionadas con el calor puede atribuirse al envejecimiento de la población en las próximas décadas».

Otro dato relevante que se desprende de la citada aplicación es que en el verano de 2023 (junio, julio y agosto) fallecieron a consecuencia de las altas temperaturas 277 personas. Sin embargo, el año con mayor mortalidad por esta causa fue 2022, cuando se contabilizaron 299 óbitos. Las previsiones no son nada halagüeñas, ya que los expertos avanzan que las olas de calor cada vez serán más frecuentes.

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Royé señala que en el conjunto de España aún se producen más fallecimientos atribuibles al calor que en las Islas. Entre las causas están el mayor envejecimiento de la población o las temperaturas más extremas. De este modo, el calor ya se ha cobrado la vida de 9.536 españoles este verano. En 2023 fueron un total de 13.471 y el récord está en 2022, cuando se contabilizaron 17.859.

¿Cómo se calcula la mortalidad por calor?

Royé detalla que tienen en cuenta la mortalidad atribuible al calor moderado, extremo y excesivo. «El umbral de calor extremo se establece por el percentil 95, que indica que sólo un 5 % de los días tienen temperaturas iguales o superiores entre junio y septiembre de los últimos 10 años». De este modo, la mortalidad atribuible al calor extremo se calcula a partir de los óbitos asociados a temperaturas diarias que se encuentran por encima del citado umbral.

Por su parte, la mortalidad atribuible por calor excesivo es una parte del calor extremo asociada a los días de máxima intensidad de calor.

En Baleares se considera que hay calor moderado cuando de media se tienen menos de 28º. Este experto sostiene que se trata de un valor muy elevado, ya que se tienen que dar máximas de unos 35º para que salga esta cifra al tener en cuenta las mínimas. A partir de 28º de media, ya se considera calor extremo.

Justifica que «la Aemet y el Ministerio de Sanidad dan aviso de la llegada de una ola de calor, pero no informan de cuál es el impacto potencial sobre la salud o incluso el de los días aislados de calor extremo. Si los ciudadanos fueran conscientes, además, del impacto del calor extremo sobre la salud, esta aplicación podría favorecer el cambio de comportamientos a partir de las recomendaciones que hace el Ministerio de Sanidad en su Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas, como beber agua y líquidos con frecuencia, permanecer en lugares frescos, reducir la actividad física en el exterior en las horas centrales del día, usar ropa ligera que permita transpirar, y hacer comidas ligeras que permitan recuperar sales minerales». Es muy importante tener en cuenta que MACE actualiza cada día sus datos.