Los autocares de reserva, como el de la imagen de arriba, tienen más de 12 años. Algunos llevan incluso el logo del Consorcio de transportes de Madrid.   

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«La línea del TIB 316 (Son Serra-Inca) está usando autocares con 1.500.000 kilómetros traídos de Móstoles en un estado lamentable, cuando por estas concesiones se pagan un montón de millones a las empresas concesionarias y el compromiso del Govern era renovar la flota». Esta es la crítica de un usuario del transporte público de Mallorca que desde julio ha ido enviando a este diario más de una decena de fotografías de matrículas diferentes de buses del TIB con matrículas registradas en 2011 y que acumulan, en algunos casos, más de 1,8 millones de kilómetros, según pudo verificar al preguntar a los conductores. Una situación que confirma el presidente de la asociación de usuarios del TIB, Marc Crespí:«Lamentablemente es algo que se ha hecho siempre».

«Los han puesto en esta línea para que pasen desapercibidos, pero no puede ser que el Govern tape a una empresa privada con una concesión de 50 millones», lamenta el usuario denunciante que prefiere mantener el anonimato, y adjunta otra imagen en la que se ve el rótulo que avisa de la solicitud de parada en castellano y en euskera. «No se molestan ni en quitarlo», señala.   

Desde la Conselleria de Mobilitat no niegan que las concesionarias recurran a vehículos tan antiguos y con tantos kilómetros, pero aseguran que se utilizan para «hacer frente a incidencias puntuales del servicio». «Hay una parte de la flota que es de reserva y que está para dar respuesta en caso de tener que sustituir un vehículo por mantenimiento, reforzar las líneas si hay muy alta demanda o si hay autobuses al 100% de su capacidad para evitar que usuarios se queden en la parada», explican desde la Conselleria. De hecho, destacan que en junio incorporaron cuatro grandes autocares en la línea Can Picafort-Alcúdia para atender la alta demanda provocada por el turismo.

«La compra que hizo el anterior Govern del Pacte para renovar la flota se quedó muy corta y las concesionarias que tienen capacidad traen autocares de donde pueden», afirma el presidente de la asociación de usuarios. En la pasada legislatura se compraron 223 buses nuevos para renovar toda la flota y que solo usan gas comprimido, electricidad o sistemas híbridos. «Han aumentado el tiempo de frecuencias, lo cual está genial, pero también el de trayecto; eso nos dificulta a los que trabajamos».