Aurora conduciendo un coche adaptado. | R.L.

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Cuando Aurora Farías cumplió 18 años quiso, como muchos otros jóvenes, sacarse el carnet de conducir. Un propósito difícil de cumplir para muchos, pero que en su caso fue más complicado aún. Nació con atrogriposis múltiple congénita, una enfermedad rara que afecta a las articulaciones, limitando la movilidad y flexibilidad de las extremidades. Para Aurora, sacarse el carnet ha sido una odisea, a la que se ha enfrentado en un tiempo récord; sin embargo, ahora debe superar una aún mayor: reunir 34.000 euros para poder adaptar su vehículo y conducir por si misma.

«Me dijeron que podía sacarme el carnet, pero al hacerme el certificado médico me dijeron que no. Investigué y descubrí que en España existe una única autoescuela con vehículos adaptados para personas con movilidad reducida y está en Bilbao», explica. «Al tener que desplazarme de Mallorca supe que iba a costar mucho y me puse a ahorrar. Tuve que ir hasta en tres ocasiones a Bilbao, la última vez estuve un mes para hacer las prácticas», añade.

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Entre desplazamientos, alojamiento y las clases, a 70 euros la hora cada una, Aurora ha gastado unos 6.000 euros para conseguir su licencia de conducir. «Era mucha presión, porque me lo tenía que sacar a la primera y tuve que pedir favores en el trabajo para poder ausentarme», dice. Una vez conseguido el permiso, llegó la jarra de agua fría: «Me dijeron que adaptar un coche me costaría unos 34.000 euros, no sabía que sería tan caro y me vine un poco abajo. No sabía si habría hecho todo el esfuerzo para nada».

«Me estuve informando y no hay ninguna ayuda estatal ni autonómica para esto, así que amigos y conocidos me han animado a hacer una recaudación». Aurora trabaja como productora audiovisual en una empresa local y «cuando tengo que ir a un rodaje a algún pueblo, que suelen empezar a las 05.00 horas, tengo que estar dependiendo de compañeros y de mi madre para que me lleven». Dentro de las adaptaciones que necesita su vehículo para poder ganar autonomía «la más importante y cara es el joystick, llamado Space Drive, que se conecta a la columna de dirección y permite controlar el volante». Por otro lado, requiere la instalación de un comando para poder activar luces e intermitentes por voz.

Hace tres días que lanzó el crowdfunding con la esperanza de poder juntar la suma total: «Es frustrante y decepcionante ver cómo las personas con movilidad reducida no solo enfrentamos barreras físicas, sino también económicas y sociales. No solo nos encontramos con más obstáculos en nuestro día a día, sino que también nos vemos obligados a pagar mucho más que cualquier otra persona para realizar actividades cotidianas que muchos dan por sentadas», reflexiona. Aquellos interesados pueden ayudar a través de: https://www.gofundme.com/f/Adaptacion-Aurora