Kühn tiene cerca los fondos mientras aguarda a que también a que un juzgado decida sobre la querella por ocultar fondos a Hacienda.

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Matthias Kühn roza ya los 96 millones de euros de indemnización por la urbanización Muleta en el Port de Sóller. Los fondos que tuvo que pagar el Govern tras la sentencia están en el juzgado de lo Mercantil de Palma y ya han sido utilizados para liquidar la deuda de la empresa Birdie Son Vida, la titular de los derechos de edificación que fueron revocados por la administración autonómica y que generaron la indemnización.

La administración concursal de la empresa ya ha pagado los cuatro millones de euros de pasivo a los acreedores de la firma, que lleva cerca de ocho años en situación de concurso de acreedores. Una vez cubierto ese paso, a Kühn solo le separa del dinero recuperar el control de la sociedad. Para eso, el administrador concursal tiene que hacer un informe para acreditar que ya no hay ninguna deuda, reclamar sus honorarios y que ese levantamiento del concurso tenga el visto bueno de la juez del Mercantil.

El recorrido de los fondos hacia las cuentas del empresario alemán quedó desbloqueado cuando tanto la magistrada como la Audiencia Provincial rechazaron juntar los concursos de todas las empresas de Kühn, como solicitaba la Agencia Tributaria de Balears. Al mantenerse independientes, Birdie Son Vida solo responde de su deuda y la indemnización queda al margen de otros acreedores.

En paralelo, el juzgado de Instrucción que investiga a Kühn por una maniobra para evitar pagar una deuda de 13 millones de euros con Hacienda está pendiente de recibir un informe de las autoridades tributarias. El juzgado desprecintó esta semana uno de los dispositivos electrónicos intervenidos al empresario el registro de su domicilio la pasada primavera.