Un vehículo de Uber cicrcula por las calles de Palma. La publicidad que lucen los automóviles han sido objeto de denuncias por parte de los taxistas.

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Uber multiplicó su actividad por cuatro en Mallorca este último verano. La plataforma de alquiler de vehículos con conductor manifiesta que cuadruplicó su número de viajes en su segunda temporada completa en la Isla después de su aterrizaje a principios del verano de 2023. A punto de ver como se elimina una de las principales barreras a su funcionamiento con la sentencia del Tribunal Constitucional que anula espera de 30 minutos para contratar su servicio, la compañía por el momento no avanza sus planes de futuro en la Isla ni si intentará ampliar el número de vehículos con los que opera. Tampoco desvela cuántos tiene ahora mismo en su aplicación por política interna.

El 80 por ciento de los usuarios son extranjeros y solo un 20 por ciento nacionales. La compañía apunta a que se trata de personas habituadas al uso de la aplicación en sus países de origen y que, nada más aterrizar en Balears emplean el servicio para salir del aeropuerto. Por nacionalidades, los principales usuarios en las Islas son ciudadanos británicos seguidos por estadounidenses, españoles, italianos y franceses.

La empresa también parece haber moderado su política de precios. A su llegada, el año pasado, con una gama de vehículos de alta gama y con la misma práctica de tarifas dinámicas, estas eran muy elevadas. Sin embargo, se han ido moderando este año. Por ejemplo, ayer a las once y media del mediodía era posible contratar un servicio de plaza de Espanya al Aeropuerto por unos 21 euros en la tarifa básica. Es un precio solo levemente superior al de un taxi, que cobraría entre 18 y 20 euros por ese mismo viaje.

Antoni Bauzá, presidente de la Agrupación Empresarial de Taxis, señala: «Empezó con precios altísimos, inasumibles para el local. Sigue con la misma tendencia pero hace ofertas. Con poca demanda, baja los precios». Biel Moragues, de Taxis Pimem advierte que esos precios se multiplican: «El día de la final de la Eurocopa el precio era de ochenta euros».

En los dos años de coexistencia con Uber, las dos organizaciones del taxi admiten que apenas ha incidido en su carga de trabajo. Quitan peso a la sentencia del Supremo porque, ambos coinciden en acusar a los conductores de Uber de no respetar hasta ahora los treinta minutos. «Tenemos constancia de que lo incumplían de forma sistemática», asegura Bauzá.

La preocupación para los taxistas están en qué ocurrirá a partir de ahora. «Están entrando por la puerta de atrás y nadie les ha sabido frenar. Son tres o cuatro empresas que controlan las VTC frente a 2.000 autónomos», según Bauzá. «Competimos con gente que entra como un elefante en una cacharrería. Nos quieren hacer dumping», añade Moragues. Coinciden en que evitar que la situación sea como la de Madrid o Barcelona, está en manos del Govern, que mantiene ahora mismo una moratoria sobre nuevas licencias VTC y que tiene que regular el sector, como abría la puerta la sentencia del Constitucional. Sobre la mesa hay una petición de 10.000 licencias cuando ahora mismo hay 3.000. «No son taxis, no son un servicio público. Tienen que estar reguladas», reclama Moragues, que esgrime otra sentencia del Constitucional, de junio sobre la regulación madrileña que, interpreta, concede a Balears y a Canarias la competencia plena para ordenar el transporte de pasajeros en turismos. También reclaman más controles.

Punto de vista

La patronal de las VTC dice que busca «colaborar con las administraciones»

José Manuel Berzal , presidente de la patronal de las VTC, Unauto, se ofrece a colaborar con las administraciones: «Mano tendida a las administraciones al sector del taxi. Esperamos que nos llamen pronto para intentar solucionar los problemas de movilidad que hay en Balears». Sostiene que no pasa necesariamente por ampliar las licencias VTC aunque percibe un «desequilibrio» entre la oferta y la demanda que existe en Balears.