Imagen de las Jornades d’Estudis Històrics Locals que aborda la figura del rey Sanxo I de Mallorca y el Mediterráneo al inicio del siglo XIV. | IEB

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La edición número 39 de las Jornades d’Estudis Històrics Locals aborda la figura del rey Sanxo I de Mallorca y el Mediterráneo al inicio del siglo XIV. Con motivo de séptimo centenario de la muerte del monarca, las jornadas reúnen desde este jueves a decenas de expertos.

Las sesiones, organizadas por el Institut d’Estudis Baleàrics y coordinadas por Jordi Maíz con la colaboración del Arxiu del Regne de Mallorca, fueron abiertas por el conseller de Turisme i Cultura, Jaume Bauzà. La primera conferencia fue pronunciada por el historiador francés Stéphane Péquignot: ‘La fidelidad a los reyes de Mallorca en los condados y en Montpellier’. Las jornadas continuarán hoy y mañana, cuando el profesor de la UIB Miquel Deyá (imagen circular) cerrará la cita con la charla titulada: ‘Balance de un reinado y eclipse de una disnastía. El rey Sanç y la Casa Real de Mallorca, ayer y hoy’.

Deyá ha señalado este jueves que en Mallorca «hemos sido muy rácanos con la dinastía propia». Apunta a que Balears es la única comunidad autónoma que no menciona en su estatuto haber sido un reino propio. «La única que no incluye esa singularidad jurídico política. Como rasgo identitario se ha tomado más la lengua que la historia», sostiene.

También reivindica la figura del rey Sanxo: «Los reyes nativos tienen escasa presencia en la sociedad. Se ha valorado muy poco. El propio Quadrado le dedica dos páginas al rey Sanç. Se le acusa de ser un rey absentista, de estar en Perpiñán y olvidarse del reino». Deyá, mostrará mañana el fruto de una investigación llevada a cabo en los documentos del monarca. «De abstencionista nada, tenía un conocimiento amplísimo, hasta el más pequeño detalle de lo que pasaba en el reino. Intervenía, recibía emisarios, se apropiaba de causas para juzgar él en persona pleitos del reino. Declaraba la suspensión de sentencias, se preocupaba por el reino». Defiende que su reinado resultó «capital» por la creación del Sindicat de Fora y del reparto de impuestos entre Palma y la Part Forana. «Lo que intento es poner en valor históricamente y socialmente que los mallorquines que nos consideramos como tales y los poderes públicos deberíamos reclamar como señala de identidad la importancia de haber sido un reino y un reino privativo con una entidad propia», afirma Deyá.