Alfonso Rodríguez, presidente de la asociación de consumidores, Consubal. | J. MORA

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«Las marcas blancas permiten ahorrar entre un 25 % y un 30 % de la cesta de la compra en Baleares». Así de claro lo tiene el presidente de la asociación de consumidores Consubal, Alfonso Rodríguez. En este sentido, expone que el gasto medio semanal de una familia de cuatro miembros es de 220 euros, por lo que si se decantan por el tipo de productos citados con anterioridad pueden reducir la factura en 72 euros.

Rodríguez asegura que cada vez son más las familias que se decantan por las marcas blancas, frente a de fabricante, puesto que les permiten un ahorro significativo. «Teniendo en cuenta que la cesta de la compra en Baleares es de las más caras de España, esto es muy importante», argumenta el representante de los consumidores en las Islas. En este punto, subraya que cada vez hay más baleares que se decantan por artículos de marca blanca, concretamente precisa que se ha triplicado en los últimos años. A su modo de ver, el factor que más influye es el económico, por el ahorro que representa para las familias; pero añade que también los consumidores han comprobado que se trata de productos de calidad.

En relación a este asunto, recuerda que muchas de las empresas que elaboran los artículos de las marcas de fabricante son las mismas que las que hacen las convencionales. «Los consumidores han constatado que se trata de artículos de calidades muy similares, pero a precios bastante más económicos, por lo que no dudan en decantarse por ellos».

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Topar el precio

El presidente de la asociación de consumidores Consubal también insiste en la necesidad de topar el precios de los productos básicos de la cesta de la compra, tales como el aceite, la leche o los huevos, etc. Aunque reconoce que es complicado, asegura que algunos países ya lo han hecho. «Lo que no puede ser es que desde que un producto sale del productos se encarezca hasta un 500 % hasta que llega al consumidor; hay muchos intermediarios innecesarios por el camino que no aportan nada y se está enriqueciendo», denuncia.

En este punto, pone como ejemplo que incluso hay empresas que están bajando y fijando sus precios. Por ejemplo, Danone ha establecido que sus yogures de sabores se deben vender a un precio exacta: cuatro por un euros. Otra empresa que también ha limitado sus precios es pastas Gallo, exactamente el paquete de pasta vale un euro. «Se han dado cuenta de que hay mucha competencia con las marcas blancas y las familias cada vez tienen que fijarse más que artículos adquieren».

Rodríguez advierte que «comer mal le puede salir muy caro a la salud», ya que «cada vez hay más personas, hasta ahora consideradas de clase media, que tiene que prescindir de alimentos básicos de la alimentación». En este sentido, denuncia que «los baleares ya no comen lo que quieren sino lo que pueden» y lamentan que muchos ciudadanos de las Islas han sustituido los productos frescos por los congelados porque son más baratos. Además, destaca que están adquiriendo «carnes poco sanas», tales como, chuletas de cabeza de cerdo, «que tienen mucha grasa»; cuello o patas de pollo, etc.

Otro de los cambios que se están experimentando es que se consume mucha más pasta. También se está comprando más pan, especialmente el de peor calidad; así como más bollería industrial, que «está reemplazando a la fruta fresca en las meriendas de los niños». En este punto, señala que también se adquieren muy pocos productos de kilómetro cero porque «son carísimos». «Cada día tenemos una dieta menos saludable y eso lo vamos a notar en nuestra salud a corto-medio plazo», subraya.