Marta Alcover, en una imagen de archivo.

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La mallorquina Marta Alcover es una de los 60 participantes, de más de 10 servicios médicos y quirúrgicos que participaron el pasado 19 de septiembre en el primer transplante facial del mundo procedente de una donación de corazón en asistolia controlada (es decir, en vez de muerte encefálica, tenía el corazón parado). La intervención, de una extrema complejidad técnica y organizativa, duró unas 12 horas y fue encabezada por la doctora Anna López Ojeda y el doctor Oriol Bermejo, jefe de servicio y jefe de sección, respectivamente, del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del hospital Universitario Bellvitge.

El trasplante anunciado este lunes por el hospital Bellvitge ha sido innovador a nivel mundial porque ha sido una de las primeras veces en las que los tejidos no se han obtenido de un donante en asistolia controlada. Se pudo obtener el corazón, la cara y los riñones.

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El paciente es un hombre de 47 años afectado de neurofibromatosis de tipo 1, una enfermedad hereditaria que hace que se formen tumores benignos de tejidos nerviosos en la cara y en otras partes del cuerpo. En este caso, el paciente sufría un neurofibroma gigante en la mitad derecha de la cara que le provocaba graves afectaciones estéticas, psicológicas, sociales y funcionales –incluida la afectación de la visión– que no tenían ningún otro tratamiento posible.

Los cirujanos se lo extirparon, lo que implicó la extracción completa del labio superior, la nariz, el párpado del ojo derecho, la mitad derecha de la cara y el cuero cabelludo. Y posteriormente le implantaron la cara del donante, efectuando la conexión de 1 arteria, 4 venas y 4 nervios. El rostro implantado adquirirá la forma de la cara del receptor al acomodarse a su estructura ósea.

La intervención fue un éxito y el paciente sigue ahora el proceso de recuperación habitual sin complicaciones significativas. «El reto de esta intervención no sólo ha sido la complejidad de la técnica sino también la organización; ha requerido movilizar a un conjunto muy grande y heterogéneo de profesionales, y su perfecta coordinación», declaró la doctora López. «Hacer el primer trasplante era lo más difícil; estamos preparados para repetir la experiencia si surge la ocasión», añadió el doctor Bermejo.

Punto de vista

Premiada por el Congreso Nacional de Cirugía Plástica

Marta Alcover, hija del político socialista Andreu Alcover, es residente de quinto en el hospital catalán y se especializa en Cirugía Plástica y Reparadora. A principios del pasado mes de junio, además, fue premiada en el Congreso Nacional de esta especialidad celebrado en Sitges por la experiencia de la aplicación de la tecnología 3D en cirugías de cabeza y cuello.