Una alumna estudia antes de examinarse. | P. Pellicer

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Ya lo dijo la presidenta del Govern, Marga Prohens, durante el debate de política general: «Hemos acordado con otras diez comunidades la puesta en marcha de la PAU común coincidiendo en días y estructuras, y que será más exigente con la ortografía, de manera que se restará más por cada falta».

Esta semana la Comissió Organitzadora de las Proves d’Accés a la Universitat (PAU) que incluye a representantes de la Conselleria d’Educació y de la Universitat de les Illes Balears (UIB) ha llegado a un acuerdo en el que se impone el modelo de Selectividad elaborada por los gobiernos autonómicos del PP que, ya se advirtió en su día, es fiel a las características básicas del Real Decreto 534/2024, del 11 de junio aprobado por el Gobierno, si bien se pretende ir más allá en criterios como el de la corrección ortográfica.

El punto de partida en cualquier caso es el mismo, que en los exámenes de Selectividad de Lengua Castellana y Lengua Catalana (u otras lenguas cooficiales) se reste un máximo de dos puntos por faltas de ortografía y en el resto de materias sea un máximo de un punto. La divergencia llega en el cómo.

«Hasta ahora las diferencias entre las distintas comunidades son abismales», explica el director general de Universidades del Govern, Sebastià Massanet. «En los exámenes de lengua de Extremadura quitaban un 0,5 por cada falta de ortografía», ejemplifica, de forma que con cuatro faltas se llegaban a restar los 2 puntos. Baleares sin embargo es una de las comunidades más laxas y para restar 2 puntos de la nota final por faltas se podían llegar a cometer hasta 26 errores.

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«Tanto la UIB como Educació estamos de acuerdo en que la ortografía debe penalizar más que ahora pero debatimos en si ponerlo en práctica ya este año, dejar el cambio para el año que viene o bien encontrar un sistema gradual para pasar de las 25 faltas a 9», relata Massanet. Y es que el documento acordado por las comunidades en las que gobierna el PP pide descontar 0,25 puntos por falta en los exámenes de lengua (sin contar la primera). De esta manera para restar el máximo de dos puntos por errores ortográficos podrían hacerse hasta nueve. En el resto de asignaturas, se quitarán 0,10 puntos por falta hasta un máximo de 1 punto, pudiendo cometer hasta 9 también.

A día de hoy la decisión de la Comissió Organitzadora de la PAU es ser más exigente con la ortografía y el método es el acordado por las comunidades del PP, si bien es cierto que las condiciones pueden volver a cambiar de aquí al 24 de octubre, que es el plazo máximo en que se darán a conocer de forma pública.

Los acuerdos adoptados el miércoles pasado se han transmitido ya a los especialistas y coordinadores de cada materia que ahora convocarán reuniones con los profesores para transmitir toda la información hasta el próximo día 24. Algunos de ellos, de hecho, ya habrían recibido la convocatoria. Educació explica que una vez se haya notificado a los interesados, toda la información se publicará en la web de la UIB.

«Llevamos cuatro meses reuniéndonos. En la Comissió hay divergencia de opiniones pero el clima de trabajo no es malo», confiesa Massanet. En otros aspectos de esta nueva Selectividad la sintonía ha sido máxima. Por ejemplo en las fechas propuestas: los días 3,4 y 5 de junio o en el tipo de preguntas de los exámenes. Si hasta ahora se hacían unas más memorísticas y otras de trabajo competencial que requieren analizar, comparar o desarrollar una materia, el Real Decreto obliga a que todas las pruebas sean competenciales y la decisión es llegar hasta ahí de forma progresiva.

«El objetivo es llegar al 100 % que exige la norma del Gobierno pero no se hará de golpe, sino con una transición. Cada año habrá más pruebas competenciales pero en 2025 se establece un mínimo del 20 % de las preguntas», explica el director general de Universitats. Es decir, asignaturas como matemáticas II tendrá un mínimo del 20 % y otras que ya lo eran, se mantienen.