Francisco Díaz (40 años)
Con dos hijos, Francisco reconoce que tiene la suerte de vivir «en una casa heredada. Aquí es imposible comprar, por eso este viernes me voy a Asturias. Voy a adquirir una vivienda en Cudillero para luego ponerla en alquiler. Es una inversión pero pienso en el día de mañana, igual nos vamos de la Isla». Afirma que «mis amigos se piensan lo de tener hijos. A mi hermano le suben el alquiler y no encuentra nada por menos de 1.200 euros en Lloseta. Tendría que haber un tope de precios».
Sandra (31 años)
«La subida de precios es tan abusiva que es insostenible», sostiene esta joven, que reconoce que no se imaginaba seguir compartiendo piso a su edad. «Creía que algún día viviría sola o podría comprar. Intento ahorrar pero no llego». Paga por una habitación 500 euros y advierte que la situación general «provoca problemas de salud mental». Con estos mimbres, ni ella ni sus amigas se plantean la maternidad. Un drama generacional que pega una dentellada en la pirámide demográfica y que tendrá consecuencias.
Carmen y Luis (26 y 24 años)
«Hace dos años que vivimos con mis padres», cuenta Carmen. Aunque son de Inca, hasta allí ha llegado la fiebre del alquiler, con pisos que ya se cotizan a 1.000 e incluso 1.500 euros. «Espero una casa del Ibavi desde hace tres años, pero nos dicen que hay lista de espera de ocho». Carmen afirma que «nos gustaría tener hijos, hace seis años que estamos juntos, pero así no podemos». Se fueron a una agencia inmobiliaria pero «nos dijeron que somos pobres y que tenemos que irnos de la Isla. No podemos ni comprar ni alquilar».
Juan Barceló y María Marqués (77 y 70 años)
Reconocen que ellos no sufren ningún problema de vivienda pero sí ven lo que causa a su alrededor: «La culpa es del alquiler turístico». Se preocupan por sus cuatro nietos, no saben si podrán quedarse en la Isla «salvo que hereden». Uno de sus hijos está de alquiler pero no puede cambiar de vivienda. Y quieren construir una pequeña casa en un terreno familiar, lo que podría ser una solución, «pero cuesta un mínimo de 400.000 euros por los materiales. Es carísimo».
Esther Julia López (54 años)
De origen colombiano, tiene nacionalidad española y lleva en la Isla desde el año 2000. «La vivienda está horrorosa». Tanto que comparte piso con su marido, la familia de su hermana (tres personas) y su hijo (casado, con una niña). En total, ocho personas y seis nóminas para un piso de 1.800 euros.
Pablo (30 años)
Tiene una niña de dos años y su mujer está embarazada. «Es imposible que nos cambiemos de vivienda», afirma, mientras lamenta que ya están al límite, con un alquiler de 950 euros. «Ahora nos piden por un piso de dos habitaciones 1.200 euros. Somos médicos de la sanidad pública y no nos podemos permitir una vivienda en Mallorca». Sufren la inestabilidad laboral y un sueldo base de 1.300 euros sin guardias. Con guardias sus jornadas son de 70 horas a la semana. La idea de irse de la Isla planea sobre sus cabezas: «Hay viviendas nuevas en otras ciudades de la Península un 60 por ciento más baratas».
Ismael Velázquez (33 años)
Ismael (en la imagen circular) logró comprarse un piso en Son Armadams hace tres años, gracias a la conjunción de astros, aquello que todo el mundo espera. Por un lado su madre afrontó la entrada del piso y por el otro «encontré una ganga, dos señoras viudas querían vender para irse a la Península, en época de COVID y bajaron mucho el precio», explica. Aún así Isma apenas gana 1.300 euros, con una hipoteca de 550 al mes más los gastos cotidianos y los imprevistos. «Alquilo habitaciones, sino no podría», confiesa.
Sergio Revert (32 años)
Se independizó con su novia de aquella época, a los 21 años, cuando apenas ambos ganaban 450 euros. Sergio Revert lo cuenta por comparar. Ahora tiene 32 y tras varios meses de buscar junto a su actual pareja, viven en Bunyola, «en un piso pequeño aunque barato por el mercado actual, a 650 euros el alquiler». Y reconoce que han tenido suerte, a los 30 minutos de publicar el anuncio, los dueños ya habían recibido diez llamadas. Pese a todo, saben que para comprar «habrá que irse de la Isla o esperar a que nuestros padres mueran y poder heredar»
Olivia Marín (24 años)
Como muchos mallorquines se fue de la Isla para estudiar en Madrid, donde vivía hasta el año pasado en una habitación por 550 euros. En verano debía enfrentarse de nuevo al quebradero de cabeza que es encontrar piso en la capital: «llegó un punto en que dije ‘no vuelvo’ y ahora vivo en casa de mis padres mientras hago un máster a distancia y busco trabajo».
Marian López (24 años)
Hasta hace un mes Marian vivía en España. Originaria de Son Ferriol, estudió en Madrid y se decidió a buscar empleo allí. Sin embargo, «el abuso» de los altos alquileres y los bajos sueldos en la capital la han hecho desistir: «He llegado a ver anunciados verdaderos zulos: habitaciones sin ventanas ni ventilación y hasta baños dentro de la cocina».
Tras «malvivir» en diferentes pisos en Madrid se ha mudado a Copenhague: «Me he ido por las malas condiciones de vivienda y laborales y porque estaba harta de tener que vivir con tres personas o mis padres. Y mi caso es de los mejores, conozco gente que vive con diez personas y con una cocina y dos neveras».
139 comentarios
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El dia que se cumpla lo que dice la ley de que solamente puedan vivir las personas en cada casa según los metros cuadrados (algo que deberían mirar cuando se empadronan y no hacen), no podrán meterse tantos en cada casa y bajarán mucho los alquileres.
Nadie dijo que el socialismo fuera fácil.
És una conseqüència més del cappitalisme desfermat que només beneficia als oligarques locals i foranis
Podríamos construir 50000 viviendas más para ver el precio que tendrían y ver cuánta gente asalariada podría comprar. Pensemos por un momento que hay gente alrededor del mundo que se mete la mano en el bolsillo y puede comprar las casas que quiera donde quiera, a diferencia de los asalariados, que necesitan una entrada para hipotecarse y que el banco los considere aptos para concederles capital. Si no lo sabéis, en Mallorca se está construyendo a un nivel inaudito, y si buscáis precios de viviendas nuevas, (son oliva, nou llevant y muchos otros) os daréis cuenta que en Mallorca el precio de la vivienda no varia por el hecho de construir más.
Una de les possibles solucions seria que molta gent que ve a viure aquí ja no vingués, SOBRA GENT!
A la crisi de la vivenda també hauria de sortir la cara dels esppeculadors, de qui va lliberalitzar el sol, de qui fomenta la gentrificació, de qui legisla en contra de controlar el preu del lloguer... els culpables
Hoy por hoy, la verdad es que es muy difícil poder comprarse una vivienda en Baleares, pero no es menos cierto que hay muchos sitios donde la vivienda es mucho mas asequible (península), por lo que las juventud deberían hacer un pensamiento y ver las posibilidades que hay en otras provincias, también es verdad que cada vez la gente quiere trabajar poco y ganar mucho, no trabajar los fines de semana, etc. cuando yo me compre mi casa hace 40 años, lo interés que pagaba al banco eran del 17%, y os puedo asegurar que salía muy poco de cena, fiesta, etc. se me iba lo que cobrábamos en pagar cada trimestre la hipoteca y si salíamos era cuando ya teníamos claro que podíamos hacerlo, lo que hacíamos es lo que se llama "ajo y agua".
Pantomima7Hacerlo no sé, pero intentarlo, un mogollón!
Un ciudadanoTienes toda la razón. Pero pienso que en el fondo, está manada de ineptos políticos son demasiado buenos. Si cada día nos azotaran y violaran, no diríamos nada. España se ha vuelto un país de borregos dirigido por sinvergüenzas robaperas. Aquí un escándalo tapa otro escándalo, y no pasa rès
Esto no tiene arreglo. Mallorca está condenada.hemos muerto de éxito. Sobra gente, no faltan viviendas, lo jodido es que al parecer, los que sobramos somos los mallorquines. Con los políticos inútiles,catetos y robaperas que tenemos,solo nos queda emigrar, como hicieron nuestros abuelos. El oprobioso dictador hizo 4.000.000 de viviendas, y estos inútiles llevan 20 años prometiendo y riéndose de nosotros. Preguntad a los viejos los impuestos que se pagaban antes y los que se pagan ahora para mantener a las garrapatas inútiles llamadas políticos. Antes curas y militares, ahora políticos y funcionarios. Paga tonto paga. Venga, a lo nuestro,hay que sacar a pasear a franco y así no hablamos de lo que importa