Gàdor Muntaner posa en su casa 'bunyolina' con un cachalote: «Simboliza el día que vi un grupo de siete cachalotes en aguas mallorquinas. Uno de los momentos más especiales de mi vida y de buceo». | M. À. Cañellas

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Hasta en el baño hay tiburones. Los botecitos de jabón. La alfombrilla. Estantes llenos de vestigios marinos. Gàdor Muntaner es mar hasta en plena montaña, en el municipio en el que vive, Bunyola. La científica, recientemente reconocida por Cosmopolitan e incluida en la prestigiosa lista Forbes de creadores de contenido; siente Mallorca en el centro de su corazón. En la isla, aprovecha el tiempo para respirar entre éxito y éxito.

«Aquí empezó todo. Yo conocí el mar en Mallorca, desde la barriga de mi madre hasta tener meses de edad en las playas del sur mallorquín. No digo dónde porque luego se llenan», dice con una sonrisa. «Mi amor por el mar nació en esas playas. Mi padre siempre lo dice, no había Dios que te sacara del agua, con las gafas y el tubo, como una científica en miniatura sacando cangrejitos y observándolos durante horas», recuerda.

En la residencia de la bióloga hay centenares de tiburones, ballenas y objetos marinos repartidos por cada rincón

El 2024 ha sido su año. No le ha bastado con cumplir uno de los sueños de su vida sino que ha cumplido tres, y a lo grande. El más importante para ella, reflejar su vida en el documental 'Gàdor i els taurons', de La Lupa Produccions. «Es mi mensaje sobre la conservación marina al 100%, un viaje por las etapas de mi vida; en Mallorca donde empieza todo, en Maldivas con el buceo y mi primer contacto con un tiburón y en México donde me formé como profesional y despegó mi carrera», nos cuenta.

Lo más difícil de grabar un documental que recorre tres países es que «hay que adaptarse al tiempo y al presupuesto». Gàdor desvela que en las grandes producciones pueden pasarse meses en un sitio para grabar el instante que buscan pero el equipo de 'Gàdor i els taurons' no podía hacer eso. «No te puedes quedar allí meses hasta que la ballena se coma la bola de sardinas, si hay mal tiempo, lo haces con mal tiempo, lo que pasaba en el mar ese día que es lo que tenías; aunque al final lo agradezco, le ha dado realidad, es muy natural, me ves a mí haciendo lo que realmente hago», explica la bióloga.

Su carrera ha despegado tanto que, a principios de este año, cumplió «el sueño de todo científico de tiburones» grabando el documental emitido en Shark Week de Discovery Channel 'Serial Killers' (asesinos en serie): «Me llevé un poco la desilusión con el título porque nada tiene que ver con el contenido. Es justo lo que yo combato y nadie me avisó pero bueno, al final es un documental muy potente y el mensaje final es positivo», revela.

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Gàdor nos abre las puertas de su casa en Bunyola y reflexiona sobre un año en el que ha brillado profesionalmente

Se grabó en un lugar de México con una historia impactante, en los últimos tres años se ha dado un ataque mortal de tiburón en el mismo sitio, mismo momento del año y al mismo tipo de pescador. «Como no había explicación ni lógica, el objetivo era analizar el sitio a nivel social, biológico y ver si había algo que lo justificara. Fue super duro hablar con las familias. Tratar de transmitirles que lo ocurrido es muy triste pero que no pueden pagarlo con el tiburón, hacerles entender que es más beneficioso trabajar en el por qué pasa y en cómo proteger a los pescadores de ese tipo de pesca que matar a los animales», explica aún conmocionada por lo que vivió.

«La edad es determinante. Al hombre que estaba allí cuando pasó y sacó el cuerpo del agua no le podía ni hablar, él piensa que son monstruos asesinos que van cada año para llevarse a sus seres queridos, lo entiendo; en cambio la viuda, de tan sólo 21 años y con un bebé, llegó a verbalizar que no quería saber nada del animal pero que entendía que era importante», describe.

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El último de sus sueños cumplidos llegaba a su vida durante esta misma semana, Gàdor Muntaner ha sido incluida en la lista de los 100 mejores creadores de contenidos de la prestigiosa lista Forbes. «Todos los demás tienen muchísimos más seguidores que yo y justo es lo que me alegra, no ha primado el número de seguidores sino el mensaje que transmites. Creo que, por primera vez en mucho tiempo, la conservación marina y la divulgación se está abriendo paso, se ha hecho un sitio pequeñito; yo estaba allí y aunque todo el mundo se preguntaba ¿quién es esta? me gusta ser la persona que puede representar el mar en sitios tan locos como en Forbes o en una revista de moda como Cosmopolitan», asegura sonriente.

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La bióloga se considera una persona sencilla, muy positiva y nada tímida

Muntaner, armada de positivismo desde la raíz, siente pasión absoluta por el planeta en el que vive. Está enamorada de la vida en todos sus sentidos «desde las hojas de los árboles a los bichitos, un perro, el mar, el viento, las olas; igual que no soy capaz de admirar un cuadro abstracto y no entiendo el arte que el humano hace, el arte de la madre tierra es el mayor arte que ha habido en el mundo», dice con seguridad.

Recuerda su mayor momento de crisis con nitidez. Había dejado la carrera de Farmacia en contra de lo que pensaba su entorno más cercano (su madre tenía una farmacia y ella no tiene hermanos) y suspendió la asignatura 'Mecánica de Fluidos' con un 4,9. «Intenté hablar con el profe para sacar esa décima y me dijo que lo hacía por mi bien, que había entrado en la carrera con el Síndrome de Cousteau pensando que iba a salir de la universidad y trabajar en National Geographic, haciendo documentales, etc, que eso era una utopía», recuerda. Ese día salió llorando pero hoy, años después, es consciente de que le salió bien abandonar un futuro asegurado por cumplir un sueño. O varios.

«Es una pena que la Serra esté tan protegida y todo el mundo tenga tan claro su valor y que, en el momento en el que la Serra se moja, la toca el mar y deje de estarlo. No tiene ningún sentido»

Es su mensaje de conservación más reciente. Aunque su rincón favorito de Mallorca es la Colònia de Sant Jordi y sus aguas preferidas para bucear las de El Toro «le he cogido mucho cariño a la costa de la Serra de Tramuntana. Es uno de los sitios más ricos de la isla y debería estar protegido. No hay ni una sola reserva en esa zona, Sa Dragonera y nada más», reivindica.

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En el mar o en la montaña, Gàdor es una fiel admiradora de la Madre Tierra y siente la protección del planeta como una de sus misiones vitales

Cuando la científica marina tiene un mal día se va, como es obvio, al mar. «Lo cura todo. Hago una sesión de apnea en algún sitio bonito. Es mi meditación más profunda y nunca mejor dicho. Es cruzar la superficie marina y entro en la nada, sólo estamos el mar y yo, no hay preocupaciones ni agobio. Nada», explica tomando aire.

No nació en Mallorca pero la siente como su hogar. «Es la isla de mi corazón. Mi primer contacto con el mar. Tengo las sensaciones igual de vivas que cuando nacieron aquí. Como viajo tanto no puedo estar full time en un proyecto de conservación de aquí pero estoy conectada con todos y los apoyo mucho. A mí esta isla me lo ha dado todo», confiesa.

Antes de despedirse nos lanza un último mensaje de reflexión: «me gustaría recordarle a la gente que, independientemente del vínculo que tengan con el mar, todos debemos prestarle más atención porque vivimos en una isla. Ser más conscientes de lo que pasa ahí dentro. Está estrechamente relacionado con lo que ocurre fuera y con lo que pasa dentro de nosotros. El 50% del oxígeno que respiramos nos lo da el mar, la vida surgió en el mar y por ajeno que nos parezca, cubre un 70% del mundo en el que vivimos», asevera. Ella, sin duda, predica con el ejemplo.