El presidente de la Federación Empresarial de Restauración de Illes Balears (FERIB), Alfonso Robledo. | Jaume Morey

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«La gente prefiere vivir a trabajar». Así de claro lo tiene el presidente de la Federación Empresarial de Restauración de Baleares, Alfonso Robledo. En este sentido, asegura que tienen muchos problemas para encontrar trabajadores y las empresas se las tienen que ingeniar con la finalidad de poder cuadrar los turnos.

En este sentido, lamenta que hay empresarios que han optado por reducir el número de mesas; otros, se han visto obligados a cerrar dos días a la semana. Incluso, aquellos que tienen más de un establecimiento, han tenido que cerrar uno de ellos. «El sector de la restauración no está creciendo tanto como podría por la falta de profesionales», lamenta. El presidente de la Federación Empresarial de Restauración de Baleares señala que hace tiempo que padecen esta problemática, «comenzó antes de la pandemia, pero resalta que «cada año es más complicado» poder completar las plantillas. «La COVID-19 marcó un antes y un después, ahora la gente prioriza más vivir que trabajar», insiste.

No es una cuestión de sueldo

Robledo asegura que la falta de trabajadores en el sector de la restauración no está motivada por una cuestión de sueldos, ya que «tenemos el mejor convenio de hostelería de España». Un profesional suele cobrar 1.500 euros mensuales netos en 14 pagas. No obstante, precisa que las propinas se han reducido bastante, puesto que cada vez hay más clientes que pagan con tarjeta.

El representante de los restauradores admite que trabajar en un bar o restaurante «es duro, porque cuando todo el mundo está de fiesta tú estás trabajando». Esto está motivando que los jóvenes no quieren desarrollar sus carreras profesionales en la hostelería. Ante esta situación, Robledo explica que están recurriendo a personas de 50 años en adelante, que tienen más problemas para encontrar empleo en otros sectores. «Estamos volviendo a contratar a personas de 50 años o más; tienen experiencia y saben lo que quieren», argumenta. Además, expone que entre los propios restauradores hay mucha competencia. «La gente joven se va con otros empresarios por 50 ó 100 euros más y te deja tirado», reprocha.

Es muy caro vivir en Baleares

El elevado nivel de vida de las Islas, especialmente del precio de la vivienda, es uno de los principales motivos por los que los residentes en la Península ya no quieren venir a trabajar a Baleares. Además, el representante de los restauradores en las Islas resalta que ahora en Andalucía, de donde procedían gran parte de los temporeros, hay bastante demanda de profesionales. Por último, apunta que el Brexit también ha motivado que muchos ingleses jóvenes hayan dejado de venir para ejercer como camareros.