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El interés y las ganas por crear huertos escolares hace años que no deja de aumentar, y en el caso de Balears son cada vez más los centros que apuestan por consolidar este recurso como un espacio más donde fomentar el aprendizaje. «Se hace más necesario en un mundo donde el acceso de los alumnos a la tierra y la naturaleza es cada vez menor», defiende la técnica del Centre de Estudis Rurals y d’Agricultura Internacional (CERAI), Margalida Mulet.

La entidad valenciana, que este año celebra su 30 aniversario, organizó este miércoles en Selva una jornada de formación que reunió a más de 40 docentes y en la que participaron seis entidades vinculadas a la alimentación de proximidad. «Este éxito evidencia la necesidad de impulsar estos temas», según Mulet, que desde el centro donde trabaja quieren dinamizar la creación de huertos en los colegios de toda Baleares. Tras la formación de este miércoles, de hecho, quedó claro el interés por caminar hacia la creación de una red coordinada de centros.

«El huerto muchas veces no forma parte del proyecto educativo del centro y las personas involucradas en esta iniciativa queremos que sea algo que vaya más allá de dedicarle una hora a la semana. Debe de ser un espacio educativo más donde impartir matemáticas o catalán, como hemos hecho en la jornada, al hablar de rondalles y plantas locales», explica la técnica, que ve el buen clima de la Isla como otro argumento para pasar más tiempo fuera del aula. «También es un recurso útil para enseñar mejor a los niños que tienen necesidades especiales», apunta.

A pesar de estos atractivos, Mulet lamenta que actualmente los huertos escolares dependen de la motivación de ciertos docentes. En la mayoría de casos, sin alguien motivado, no se apuesta por ellos. Además, algunas veces ocurre que los impulsan una huerta son interinos que al poco cambian de plaza y el proyecto desaparece. «Tampoco hay apoyo pedagógico o recursos y hay cierto desamparo», añade. Por ello, la creación de una red podría cambiar esta situación.

Ejemplos inspiradores

La formación sirvió a los participantes para tomar ideas y conocer ciertas técnicas que aplicarán a sus proyectos. La jornada se realizó precisamente en el Hort de les Rondalles de Selva, finca propiedad de la Fundació Flora Medicinal Baleàrica, presidida por Carles Amengual. Allí cuentan con un huerto vertical formado por macetas colgadas que es perfecto para los colegios que no dispongan de suficiente espacio para habilitar un huerto. En el terreno también hay instalado una cúpula en la que cuelgan decenas de ilustraciones de aves autóctonas, así como dibujos que representan otros animales y rondalles mallorquinas.

Los docentes, además, hicieron un taller de compostaje, que en algunos centros también desarrollan. La idea es aprovechar los restos orgánicos que sobran del comedor escolar para hacer compost y usarlo para sembrar el huerto de la escuela. El evento estuvo financiado por la Conselleria de Famílies i Afers Socials y contó con la colaboración de entidades diversas que constatan cómo se trata de abordar esta cuestión desde diferentes puntos de vista. Fueron miembros de la Associació de la Producció Agrària Ecològica de Mallorca (APAEMA), de Justicia Alimentaria, de la Fundación Floral Medicinal Balearica, la Asociación de Variedades Locales, Amics de la Terra de Mallorca y Permacultura Mediterránea.