Extinciones silenciosas que asolan el mar balear: «Jamás pensé que veríamos lo que está pasando»
El cambio climático y la pesca se ceban con las poblaciones de corales, gorgonias, esponjas y moluscos, vitales para el buen estado de salud del ecosistema marino
Poblaciones como las del coral rojo ya han sido catalogadas como especie en peligro de extinción.
Kike OñatePalma21/11/24 13:18Actualizado a las 13:53
Bajo las aguas del mar balear se están produciendo extinciones silenciosas de especies fundamentales para el buen estado de los ecosistemas marinos. La pérdida de corales, gorgonias, esponjas y moluscos a causa de los efectos derivados del cambio climático y el impacto de cierta pesca están asolando sus poblaciones, que dan cobijo a miles de especies y ayudan a filtrar y mejorar la calidad y la visibilidad del agua. Si los científicos ya padecen la falta de recursos económicos para investigar el retroceso de la biodiversidad marina, en el caso de los invertebrados mencionados el problema es todavía mayor.
«La conservación marina no recibe la atención que debería, es la gran olvidada. Y si hablamos de los invertebrados marinos, todavía menos, a excepción de la gamba y la langosta, por su interés comercial», según el director de la Fundació Marilles, que este jueves ha organizado en la Fundació Sa Nostra de Can Tàpera una jornada en la cual han participado diversos investigadores especializados en esta temática.
«Es el equivalente a perder árboles», ha advertido la profesora de Ecología de la Universitat de Barcelona, Cristina Linares, que ha documentado el retroceso de estas especies en Menorca, Ibiza y Cabrera. «Y los estamos perdiendo a pasos acelerados», ha insistido. Entre 2010 y 2016, por ejemplo, su equipo comprobó que ciertas poblaciones de gorgonia que estaban perfectamente murieron por a causa del aumento del tiempo que duran las olas de calor marinas potenciadas por la crisis climática. «Ya no tenemos gorgonia blanca en el norte de Menorca. Pensábamos que quizás a mayor profundidad, por debajo de los 50 metros, quedarían ejemplares, pero tampoco. En 20 año se han extinguido», ha lamentado. En este sentido, «se están registrando reducciones de la población de moluscos en el mar balear», como ha señalado Guillem X. Pons, del departamento de Geografía de la Universitat de les Illes Balears (UIB).
La extensión de las zonas afectadas por las olas de calor marinas ha aumentado en las últimas décadas hasta llegar a casi el 100 % de la superficie del Mediterráneo. «Se dan con mayor intensidad y durante más tiempo y las consecuencias provocan más mortalidades masivas», según ha explicado el ecólogo marino del Institut de Ciències del Mar de Barcelona, Joaquim Garrabou. La reducción inmediata de emisiones contaminantes es la primera gran medida que debe tomarse para paliar este problema, que aun así continuará intensificándose en las próximas décadas por la dinámica provocada por el calentamiento global. «Cuando empecé a estudiar estos temas no pensé jamás que veríamos extinciones locales como está pasando», ha confesado Garrabou.
Para comprender el papel que tienen los invertebrados marinos en la calidad y visibilidad del agua, el investigador del Centre Oceanogràfic Balear, Julio Díaz, ha lanzado un dato revelador: una esponja de un kilo puede filtrar entre 20.000 y 30.000 litros por día. Esa función, si se limita a una visión económica del ecosistema, contribuye a que Balears cuente con playas y calas con gran visibilidad, por ejemplo. Un mar con pocos nutrientes y la ausencia de ríos que incrementen su cantidad es otro factor clave.
En esta línea, el doctor Fiz da Costa, del Centro Oceanográfico de Vigo, ha explicado el proyecto RemediOS, que apuesta por recuperar arrecifes de ostras de forma asistida, porque sus poblaciones han desaparecido hasta en un 99 % en Europa. Por ello ha animado a utilizarlas como filtradores del agua porque también incrementan la claridad y sirven de refugio para otras especies de peces, lo cual beneficia a los pescadores. Esta iniciativa se está testando en el Mar Menor, pero Da Costa está convencido de que se podría aplicar en bahías como la de Pollença.
El conseller d’Agricultura, Pesca i Medi Natural, Joan Simonet, ha valorado positivamente el encuentro y ha garantizado su apoyo a las medias que puedan consensuarse. «Que no quede aquí y llegue a la población», ha reclamado, aunque ha aprovechado para decir que su equipo apuesta más por gestionar mejor las reservas marinas existentes antes de crear otras nuevas.
Supongo que algo tendran que ver en la extinción las especies invasoras. Por ejemplo en la bahía de Pollença el otoño del año pasado la albufereta se comunicó con el mar y decenas de miles de cangrejos azules pasaron a la bahía acabando con especies autoctonas de la bahía durante meses hasta que los pulpos fueron dando cuenta de la mayoría de los invasores. Supongo que algo similar debe ocurrir en la bahía de Alcudia.
3 comentarios
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PARA ESTO SI ES LA ECOTASA
La culpa es del turismo.
Supongo que algo tendran que ver en la extinción las especies invasoras. Por ejemplo en la bahía de Pollença el otoño del año pasado la albufereta se comunicó con el mar y decenas de miles de cangrejos azules pasaron a la bahía acabando con especies autoctonas de la bahía durante meses hasta que los pulpos fueron dando cuenta de la mayoría de los invasores. Supongo que algo similar debe ocurrir en la bahía de Alcudia.