El presidente de Tirme, Rafael Guinea, durante su intervención este miércoles por el 30 aniversario de la empresa. | Teresa Ayuga

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El funcionamiento de la planta de residuos de Son Reus, gestionada por la concesionaria Tirme, ha permitido que desde su apertura hace 30 años se haya evitado vertido equivalente a 205 estadios de Son Moix llenos de basura. «Tenemos un modelo consolidado y referente en el que todos los residuos los transformamos en recursos; esto se debe a la visión a largo plazo que se tuvo», ha reivindicado este miércoles el director general de la compañía, Antonio Pons, comprometido con reducir la dependencia de las materias primeras y reducir todavía más la huella de carbono de la planta.

«Hay pocos ejemplos tan buenos de buena colaboración pública-privada como este Centro de Información y Educación Ambiental por el cual pasan tantos alumnos cada año», según el presidente de Tirme, Rafael Guinea, que ha puesto en valor el liderazgo y la perspectiva estratégica del Consell de Mallorca, «alejada del cortoplacismo», así como el papel de la empresa privada al invertir en este servicio insular.

Guinea ha recordado que en 2010 Mallorca se convirtió en la primera región de Europa en alcanzar el vertido cero porque se cerraron todos los vertederos de la Isla, tanto los regulados como los ilegales, y desde entonces todo pasa por la planta de Son Reus. «Se ha evitado una cantidad ingente de CO2», ha añadido. De hecho, si el vertedero previo a la planta siguiera hoy activo, ocuparía el equivalente a la superficie de 160 campos de fútbol y la montaña de residuos alanzaría los 20 metros.

«Se puso fin a las malas prácticas y podemos decir con orgullo que ahora hace 30 años se inició la historia de un éxito colectivo», ha comentado la presidenta del Govern, Marga Prohens, confesando que fue una de las miles de alumnas que aprendieron la importancia de reducir, reciclar y reutilizar. «Hay que reducir todavía más los residuos y fomentar el reciclaje», ha insistido el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, que se ha comprometido a que su gobierno trabajará por alcanzar una economía circular.