La presidenta de Pimeco, Carolia Domingo. | M. À. Cañellas

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«Hay gente que cobra el paro y hasta que no se le acaba no quiere trabajar». Así de claro lo expresa la presidenta de la patronal del pequeño comercio Pimeco, Carolina Domingo, que lamenta que en su sector tienen muchos problemas para encontrar trabajadores, pese a que en Baleares hay cerca de 30.000 desempleados. En este punto, aclara que «el subsidio de desempleo por supuesto que tiene que existir, pero para ayudar a los parados a encontrar empleo, pero para llevar a cabo esa finalidad no como forma de vida».

A su modo de ver, es inconcebible que los diferentes gobiernos no inspeccionen y controlen que todos los que perciben la prestación por desempleo tienen derecho a ella. «Lo contrario va en detrimento de la mejora del bienestar de los españoles y de nuestro futuro», advierte Domingo aludiendo a las pensiones. Como ejemplo de la falta de control denuncia que «hay inmigrantes que han vuelto a sus países de origen y siguen cobrando el paro porque otros les fichan».

La presidenta de Afedeco, Joana Manresa, añade que «la falta de trabajadores cualificados en el sector comercial de las Islas es un problema creciente. A pesar de que hay unos 28.000 desempleados, lo cierto es que les falta la formación adecuada».

Esta recriminación es compartida por otros sectores, que se encuentran en situaciones similares. «Hay 3.900 parados en el sector de la construcción y las empresas están desesperadas por encontrar personal», lamenta el presidente de la Asociación de Constructores de Baleares, Climent Olives, que asegura que el sector necesita entre 5.000 y 5.500 profesionales para poder dar respuesta a la demanda. «Nadie quiere trabajar porque el Estado regala muchas pagas», añade el presidente de la Asociación Empresarial de Automoción y Náutica de Baleares, Juan Crespí.

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Falta de personal cualificado

En el caso concreto del pequeño comercio, la presidenta de Pimeco explica que tienen muchas dificultades para encontrar trabajadores cualificados. «Cuando una persona se queda en paro y quiere trabajar uno de los primeros sectores en el que piensa es en el pequeño comercio», expresa. Sin embargo, señala que no todos tienen la formación requerida. Las principales carencias son dar una buena atención al cliente, saber vender y tener iniciativa. «No queremos dependientes, necesitamos vendedores, que sepan aconseja al cliente; especialmente en estas fechas, que la gente compra muchos regalos y necesita asesoramiento», declara.

Esto es precisamente lo que marca la diferencia entre comprar por internet o acudir al pequeño comercio. Por ello, Domingo insiste en la importancia de contar con profesionales bien formados y reclama una escuela de formación con la finalidad de poder contar con más trabajadores que puedan ofrecer un buen servicio a los clientes.

La presidenta de Afedeco comparte esta preocupación y resalta que «se ha agravado desde la pandemia, cuando muchas personas abandonaron las Islas y no regresaron, en parte debido al encarecimiento de la vivienda, lo que dificulta la atracción y retención de profesionales. La falta de personal cualificado impide que las empresas mejoren su productividad, lo que afecta negativamente a la calidad de vida y al bienestar en la CAIB».

La presidenta de Afedeco, Joana Manresa
La presidenta de Afedeco, Joana Manresa.

A su modo de ver, «para abordar esta problemática es fundamental apostar por la formación en todos los ámbitos y sectores, con el objetivo de retener el talento y cubrir las plazas que demandan las empresas. La formación profesional dual y la adaptación de los cursos a las necesidades específicas de los sectores son medidas clave para mejorar la cualificación laboral y, consecuentemente, la productividad empresarial y en nuestro caso, la comercial».

«El trabajador impone las condiciones»

Otra de las dificultades que encuentra en pequeño comercio es que «el trabajador impone las condiciones». La presidenta de Pimeco explica que muchos no quieren hacer jornada partida ni trabajar los sábados; dos requisitos imprescindibles en el pequeño comercio, especialmente en Navidad. Preguntada por el perfil de los profesionales del sector, responde que hay más mujeres aunque subraya que cada vez hay más hombres. Las edades más frecuentes son entre 30 y 50 años. En el pequeño comercio trabajan tanto nacionales como extranjeros que residen en las Islas.