Imagen de la declaración de uno de los testigos en la Audiencia. Las sesiones se prolongarán hasta finales de este mes. | R.S.

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El juicio contra el exconseller de Turisme, Carlos Delgado, por tráfico de influencias en la privatización del puerto de Calanova sigue enredado en torno a un asunto clave: si la Conselleria permitió a Port Olimpic Calanona, la sociedad en la que participaba el socio de despacho de Delgado, saltarse las bases del concurso para presentar una oferta mucho mejor a sus competidoras.

El responsable de una de las empresas que concurrió dijo haberse sentido «defraudado» en el concurso y que la oferta económica que hizo la empresa ganadora «era insostenible» salvo que se le permitiera incorporar barcos de gran tamaño que entonces no existían y que tampoco figuraban en el plano de los amarres que salió a concurso. En el mismo sentido incidió el director general de otra de las aspirantes: «Nosotros no contamos con esos ingresos porque no se podía hacer».

La cuestión no es tan pacífica entre los funcionarios que intervinieron. Hay dos grupos: los que trabajaban para la Conselleria, bajo el mando directo del secretario general, también acusado, Joaquín Legaza, sí consideran legal lo ocurrido y sostienen que se podía valorar una modificación de los amarres que dependía de unas futuras obras de reforma del puerto.

Sin embargo, los que dependían de Ports de Balears sostienen justo lo contrario. Entre ellos, un ingeniero que elaboró las bases del concurso explicó: «Los amarres no se podían alterar». Testificó que se dieron cuenta de lo ocurrido cuando vieron el proyecto técnico de Port Olimpic que incluyó plazas para yates de 25 metros.

El tribunal escuchó la grabación de lo que declaró una funcionaria durante la instrucción, que emitió dos informes que abogaban por excluir a Port Olímpic. «Yo no lo ví normal. Se tendrían que haber pedido antes informes al Ajuntament de Palma y a Capitanía Marítima»

El socio de Delgado intentó vender sus acciones a otra empresa

«Me dieron ganas de sacarlos del despacho». El director general de la empresa que quedó segunda en el concurso relató como, una vez que Port Olímpic había obtenido la adjudicación, fueron a verle a su despacho el actual socio de Carlos Delgado, Carlos Gelabert y el otro abocado acusado, Xisco López Hinojosa, para ofrecerle sus acciones en la sociedad. El empresario relató que fue un encuentro tenso que terminó sin acuerdo. Finalmente, le vendieron esa participación al acusado Felipe Elvira. La defensa introdujo el dato en el interrogatorio para acreditar la tormentosa relación en la sociedad.