Le Senne y Prohens, en una imagen de archivo. | Miquel Payeras

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Con un optimismo a prueba de bombas del calibre de la que lanzó Vox contra el Govern, el portavoz del PP, Sebastià Sagreras, aún aseguraba que cabe la posibilidad de aprobar el Presupuesto. Es mucho más que improbable. Manuela Cañadas ha ido lejos, esta vez demasiado como para dar marcha atrás, pero es que además está la orden de Santiago Abascal de suspender todas las negociaciones presupuestarias y si Abascal da una orden, se cumple. Incluso en el imposible caso de que el PP se tirara al monte y accediera a que el catalán deje de ser la lengua vehicular en la enseñanza, Vox buscaría otra excusa porque lo que quiere es la ruptura. La necesita. Necesita marcar perfil, necesita presencia, necesita hacerse ver, necesita que le hagan caso y ha comprobado que lo más sencillo para cubrir esa necesidad es desafiar al PP. Parte de lo que ha pasado se entiende desde esa voluntad de desafío de Santiago Abascal a Alberto Núñez Feijóo, una voluntad que capilariza a todos los estratos de Vox y se convierte en un desafío de Manuela Cañadas a Marga Prohens. El motivo es lo de menos, llámese catalán, enmiendas al decreto de simplificación administrativa o menores migrantes. Una orden es una orden y se cumple.

Se lo pueden preguntar a Gabriel Le Senne, que quería irse y aguantó porque así se lo ordenaron. El president del Parlament ha demostrado que tiene un nivel de resistencia asimilable al de Pedro Sánchez. Sigue en la silla presidencial pese a un cúmulo de adversidades pasadas. Habrá que ver si, en las futuras, mantiene esa baraka. La próxima puede que no esté muy lejos si el juez que instruye el caso de la imagen de Aurora Picornell considera que debe abrir juicio en su contra. Atención al artículo 9.2.1 del Reglamento del Parlament: un diputado queda suspendido de sus funciones si se abre juicio oral contra él y el Parlament aprueba la suspensión de sus derechos por mayoría absoluta. ¿Qué haría el PP en un marco de ruptura total con Vox, con los Presupuestos en la basura y con el president del Parlament, el enemigo, Vox, a las puertas de sentarse en el banquillo de los acusados? Por cierto, pueden estar contentos con Vox los miembros de la Reyal Acadèmi de sa Llengo Baléà, PLIS y la Fundación Jaime III, entre otros aliados ideológicos: sin presupuestos, se quedan sin los 75.000 euros que reclamaba Vox para ellos.

Frente al optimismo de Sagreras, en el Govern ya se preparan para una prórroga presupuestaria porque no ven un escenario en el que Cañadas –léase Abascal– dé marcha atrás. La no aprobación de los Presupuestos es el punto de no retorno en las relaciones con Vox, la ruptura total con quien fue su socio. Marga Prohens tendrá problemas para aprobar leyes en este nuevo marco de relaciones, pero en el Govern también recuerdan que la presidenta puede apretar el botón nuclear en cualquier momento: disolver el Parlament y convocar elecciones. Las encuestas que maneja el PP le sitúan cerca de la mayoría. Nada puede descartarse en unos meses.