Recreación de los nuevos espacios del puerto de Palma | Autoritat Portuària de Balears (APB)

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La reordenación de usos del puerto de Palma continúa adelante y ya están definidas las diferentes fases para lograr la ‘mudanza’ de las diferentes instalaciones que se irán a su ubicación definitiva. La liberación de espacios permitirá la apertura del puerto a la ciudadanía con miles de metros cuadrados disponibles. Mientras tanto, las obras del Passeig Marítim ya tienen su conclusión en el horizonte: están listas en Semana Santa.

El presidente de la Autoritat Portuària de Balears (APB), Javier Sanz, reveló este jueves en la jornada de El Económico las estrategias temporales del proyecto aunque aún resulta imposible poner fecha a estas fases. De esta manera, en la fase uno se habilitarán los espacios de la ribera de San Carlos. Una vez listo, se trasladaran hasta allí la industria de reparación y mantenimiento de embarcaciones, que afecta de lleno a Astilleros de Mallorca, lo que dejará espacios libres frente al Passeig Sagrera.

A continuación viene la fase 3: con ese nuevo espacio liberado, ya puede empezar a construirse el Museo Marítimo. Ahí también está prevista la nueva lonja de pescadores, que contará con una instalación temporal después del derribo del edificio actual y a la espera de la construcción de la nueva infraestructura.

Mientras tanto, como parte de la fase 4, en el Dique del Oeste se ampliará en aguas interiores. Allí se llevará a cabo la construcción de nuevas infraestructuras. Está previsto que se trasladen hasta allí las instalaciones que se encuentran en los muelles comerciales, el varadero, que disponen de más de 100.000 metros cuadrados y que se pondrán a disposición de la ciudadanía. En este caso se trata de la fase cinco. En este juego de liberación de espacios, la APB tiene prevista la última fase, la seis, donde los muelles comerciales se reconvertirán en un espacio abierto a la ciudadanía.

Fuentes de la APB aclararon que estas fases se pueden solapar para agilizar el proyecto y la idea es que estos movimientos se puedan llevar a cabo en cuanto sea posible. El objetivo principal de este cambio de usos es que «no afecte a la actividad portuaria de transporte regular y de mercancías».

Una de las claves de esta propuesta aprobada de reordenación de espacios es que las instalaciones de tráfico de mercancías y pasajeros se mantendrán en las mismas tres ubicaciones donde se encuentran, es decir, en el Dique del Oeste, el muelle de Pelaires y una pequeña parte de los muelles comerciales que en su mayor parte se destinarán a la apertura del puerto a la ciudad.

Sanz destacó la importancia de que se mantenga en el mismo espacio al tráfico de mercancías y pasajeros, una demanda de las navieras: «Aseguramos la cadena logística y el transporte de pasajeros. Además, permite la simultaneidad de entradas y salidas de varios buques al mismo tiempo».

«Hay que recuperar espacios infrautilizados porque vivimos de espaldas al puerto», advirtió Javier Sanz, que apostó por «ceder espacios de calidad a la ciudadanía donde se puede instalar la escuela municipal para practicar deportes como vela o piragua. También se instalará allí la escuela náutico-pesquera, una zona infantil, espacio para la cultura...».